En mi trabajo, entre otras tareas, estoy metido en temas de calidad. Tema apasionante donde los haya. Otros colegas que ya han conseguido el sello de ser “excelentes” y “comprometidos por la calidad” son ahora mucho más… ¿cómo diría? Es que no encuentro palabras.
Por todas partes verá usted cada vez más la milonga de la calidad: ISO, EFQM, etc. Desconfíe, se la están metiendo doblada (1) y la calidad, salvo excepciones, va a ser la misma, pero con mejor envoltorio. En mi lugar de trabajo, ya llevamos varios años inmersos en esta especie de secta. Como conclusión, decirles que hacemos un trabajo extra del que no vemos resultados, que tenemos la sospecha que todo esto es un montaje para que algunos se estén forrando con el tema, que no notamos nada ni en nosotros ni en el público al que atendemos y que en fin, como decía Julio Iglesias, la vida sigue igual.
Reconozco que como sistema de análisis no está mal (ni bien), pero que el coste tiempo invertido por rendimiento que se obtiene no merece la pena. Eso sí, se usan unas jergas que casi te convencen. Como las otras jergas que usan tanto los políticos, como los publicistas, como los medios de comunicación son sospechosamente similares, empiezo a pensar que hay gato encerrado. Palabras y más palabras, nada más, y nada menos.
Así que si lee o escucha Usted algo como “la empresa Buenos Rollos, en su compromiso por la calidad y la excelencia, comprometidos con el medio ambiente y el desarrollo sostenible, colaborando con la sociedad en bla, bla, bla,” intente no vomitar y pase de ellos, si puede. Porque a veces, ese discurso es el mismo que el de los que nos esquilman nuestros dineros. Con calidad y buen rollito.
Por eso, esta crisis es la crisis con más calidad hasta la fecha.
(1) Lo de meterla doblada no tiene nada de intención sexual, no sea malpensado. La expresión viene de contar mantas en estanterías y según como se doblaban, parecía que había mayor cantidad.
(2) Si quiere leer mas sobre el tema, entre aquí y teclee “calidad”