con un toque vintage

Publicado el 22 agosto 2014 por Libretachatarra

GUARDIANES DE LA GALAXIA
data: http://www.imdb.com/title/tt2015381
A ver… ¿cuántas películas de ciencia ficción recuerdan haber visto que trata de un grupo de antihéroes que se oponen a un malvado y consiguen derrotarlo con astucia, valentía y un poco de suerte? Personajes que se consideraban simples mortales y que, para sorpresa de ellos mismos, toman el rol de héroes y logran lo impensado.
¿Perdieron la cuenta? Yo también. Nos cansamos de ver películas con ese patrón.
Entonces, ¿por qué funciona “Guardianes de la Galaxia” pese a que es más de lo mismo?
Yo creo que una de las primeras escenas de la película sirve como ejemplo y como pieza clave para develar este misterio. Después de ver la infancia de Peter Quill (y la muerte de su madre), encontramos al protagonista ya grande, en un planeta perdido, a punto de entrar a una caverna. Todos los lugares comunes del cine de ciencia ficción. Hay una especie de visor que rastrea invisibles seres en el camino de Quill, que él elude. Cuando va a entrar a la caverna, Quill se pone unos auriculares, prende un viejo walkman y suena una música. “Come and get your love” de Redbone (véase nuestro ultimo Covers:http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2014/08/covers-come-and-get-your-love.html). Se pone a bailar y entra a la caverna danzando, mientras revolea alimañas galácticas al ritmo de la música pegadiza.
Es total y absolutamente inesperado ese principio. Humor, nostalgia, rareza. Y con eso sólo, la película nos puso en el bolsillo, dóciles espectadores.

Ésa es la eficacia de “Guardianes de la Galaxia”. No necesita innovar en el género porque es muy eficaz en la construcción de los personajes potenciado por un casting notable. Es una película entrañable. Nos identificamos con los personajes y lo sentimos amigos al salir del cine.
El guión de James Gunn (director además) y Nicole Perlman se centra en dos historias paralelas. Una, la convencional de un malvado que quiere destruir el planeta y hay un grupo de héroes, seres comunes, que se atreven a enfrentarlo. La otra, un grupo de tipos corrientes, ejemplos de nada, que empiezan cagándose unos a otros y terminan convirtiéndose en amigos y, como yapa, en salvadores de la galaxia. Es una variación del camino del héroe: marginales que aprenden a ser amigos de otros y valorar tanto la amistad que aceptan arriesgar la vida por ello.

Entre chistes y diálogos filosos, recorremos la evolución de los personajes, unos descastados (un ladrón, una asesina, dos matones, un maniático, dice uno de los personajes) despreciados por todos. Están en un contexto de rapiña. Nadie da un peso por otro. Todos buscan su propio beneficio y aceptan, presurosos, la tiranía del poderoso.
Los protagonistas cruzan sus caminos con un objetivo: robarse unos a otros. Esa inestable asociación los mantiene juntos. Se unen para defenderse de terceros. Salen de la cárcel, repelen ataques, se protegen entre si.
Hay una escena clave: la borrachera de Rocket. Allí el personaje (un mapache surgido de un experimento genético) amenaza con matar a todos y explota su dolor: no pidió nacer; todos lo ven como una alimaña.

Es un momento clave porque vemos la debilidad de los integrantes del grupo: todos perdieron algo (en una galaxia donde la muerte es moneda corriente) y están solos. Y ese grupo aleatorio surgido a contrapelo empieza a conformarse como algo parecido a una familia, esa clase de familias que sólo puede dar la amistad.
Otro momento clave es cuando Quill y Gamora descubren el poder del Orbe. Porque ahí deben decidir si vender el Orbe al mejor postor o jugarse el pellejo por los miles de millones de habitantes de la galaxia que están en peligro. En ese momento, dan el paso adelante y se convierten en héroes.
Mi escena preferida es cuando Quill les pide que arriesguen su vida por recuperar el Orbe. Y todos se pliegan a la quimera con una poética evaluación: es mejor morir con los amigos que vivir solos como han vivido hasta entonces.
Como ven, “Guardianes de la Galaxia” es algo más que una película pochoclo. Lo es, sin dudas, y cubre con escrupulosidad todos los departamentos del cine de acción. Pero tiene una subtrama que la hace diferente y que explica el éxito de este primer capítulo.

El otro toque diferencial, es esa pizca de vintage con las hits de los ’80 y referencias a clásicos de la época como “Footloose” (nuestro héroe Kevin Bacon). La banda de sonido es de colección, con el emblema de “Hooked on a feeling” de Blue Swede. Para los que se engancharon con los temas de la película, este video en You Tube (www.youtube.com) reúne todos los clásicos de Peter Quill:
“Guardianes de la Galaxia” supera la media y mantiene la tradición de Marvel de personajes con riqueza psicológica. Para disfrutarla. Sin buscar las alturas pero si el sereno flotar sobre las plácidas nubes.
Mañana, las mejores frases.