Por J.M del Río (colaborador de la Santamambisa)
En el escrito anterior hice referencia a determinados “males” que se observan en ciertos pretendidos cubanos. Ahora me referiré a uno de los “maleantes” que califica para ser incluido en ese análisis. Basándonos en lo expresado por el etnólogo cubano Don Fernando Ortiz, llegamos a la conclusión, que para ser cubano no basta con el hecho de haber nacido en Cuba. Se requiere; primero, la conciencia de que uno es cubano y segundo, la voluntad de serlo.
¿Qué piensa usted de un pretendido cubano que viaja a los EEUU, cuyos gobernantes al cabo del tiempo se percatan que han estado “metiendo las de caminar” con su política agresiva anticubana y comienzan a cambiar cautelosamente esa estrategia y ese “visitante”, que viaja con todos sus gastos cubiertos por el gobierno de ese país, al llegar pide al nuevo Presidente, “que efectué varias correcciones, porque su predecesor lo que hizo “fue tratar de congraciarse con el régimen cubano”; y entre otras cosas plantea: “la necesidad de cambiar el sistema de Radio Martí para que se ponga al servicio de la lucha y la libertad de Cuba”. Parece ser que este mercenario, mientras dormía, se cayó de la cama y al despertar descubrió que existe una “compasiva emisora anticubana”, que no está cumpliendo su cometido, por lo que solicita que ese engendro siniestro despliegue con más ímpetu, su función subversiva y tergiversadora contra el país que hace rato dejo de ser el suyo.
El cipayismo en este caso llega a lo inverosímil. ¿Nadie le ha dicho a este servil lacayo que ese engendro maligno lleva 32 años imprecando a nuestro país? El primer irrespeto que cometió el Gobierno de los EEUU cuando salió al aire este esperpento radial, fue ponerle el nombre del Apóstol. Parece que nunca leyeron aquello que escribió Martí un día antes de su muerte en combate: « (…) puesto que lo entiendo y tengo ánimo para realizarlo, de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los EE.UU y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. (…) Viví en el monstruo y le conozco las entrañas; y mi honda es la de David».
Quién no sepa interpretar el pensamiento martiano es difícil que pueda tener conciencia de ser cubano y este es el caso del llamado “disidente” cubano Jorge Luís García Pérez (Antunez), quién en reciente visita a Miami se regodeó con sus acostumbradas “guaperías” anticubanas como demostración de su despreciable pitiyanquismo.
Este no es el único asalariado que a pesar de haber nacido en Cuba, ha olvidado la importancia de tener conciencia y voluntad de ser cubano, lo cual está reñido con el hecho de servir como mercenario del “(…) norte revuelto y brutal que los desprecia”. Con Martí decimos que: “Amamos a la patria de Lincoln, tanto como tememos a la patria de Cutting”. Es evidente que estos personajes rinden pleitesía a “la patria de Cutting”.
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