Fusionada con la anterior canción vino enlazada “Lobo”, momento funk de la noche y segundo elemento de lo que, a su modo, fue una pequeña suite. Joni nos anuncia que ha llegado hora de una rumba, de modo que en consecuencia sonó “Siempre que quiera”, que por muy rumbera que sea pertenece al sector reflexivo de su último disco. Joni cada vez estaba más parlanchín y entre canción y canción nos daba alguna pista de lo que iba a sonar o bien nos contaba el germen de algún tema.
Lo que escuchamos después fue una canción con nombre de ansiolítico, “Atarax”, que a pesar del título puso a bailar a la gente en uno de esos momentos en que Amatria maneja tan bien la electrónica. La noche avanzaba y antes de dar paso ya a los bises vino una de las curiosidades de la noche; una canción instrumental convirtió a la Sala But en una discoteca químicamente pura. Nos referimos a la interpretación de “Humanos vs. máquinas”, cierre del último LP de Amatria y, que tras comenzar suavemente a base de arreglos de cuerdas, acaba progresando en un auténtico pelotazo dance. Joni estuvo muy intenso manejando ritmos y sintes mientras nos arengaba a bailar. Y a fe mía que encontró respuesta.