En primer lugar salió al escenario Pixx, nombre bajo el que se presenta Hannah Rodgers (de tan solo 21 años de edad) y que fue una de esas agradables sorpresas que te encuentras de siglo a siglo en esto del mundo de los teloneros, ya que normalmente suelen ser grupos insoportables que no sabes por qué extraño motivo han colocado ahí y que te hacen subir las dosis de mala leche a la espera del grupo principal. No fue sin duda el caso de Pixx, que con mirada desafiante, una seguridad aplastante y un cuerpo de atleta que potenciaba ese toque andrógino a lo Annie Lennox que la chica posee, defendió un repertorio corto pero intenso donde destacaron sobre todo las melodías contundentes, de esas que se quedan al instante. Esos himnos instantáneos que son “Grip” o “I bow down”, por no hablar de la envolvente balada “Telescreen”.
A Pixx le acompañaba un solvente trio formado por una teclista/guitarrista, un guitarrista y un batería, aunque los teclados preponderaban sin duda dentro de un estilo en que mezclan influencias new wave, electro y unas gotas de rock, pero lo más relevante a mi parecer es que con tan corta existencia (ni siquiera tienen álbum publicado), ya hayan definido un estilo muy propio y reconocible. En ese sentido me recuerda a los comienzos de Austra, no musicalmente pero si esa personalidad musical tan marcada. Claramente ha habido una evolución en la música de Pixx, temas anteriores como “Badoo” no están tan definidos. Desde luego debemos estar muy atentos a su próximo debut en formato largo “The Age Of Anxiety” (previsto para junio).
Sin prácticamente descanso sonó “Utopia”, primer adelanto de su reciente tercer álbum y que fue muy apreciada por el público. Fue reconocida al instante, lo cual da una idea de que es de esas nuevas canciones que realmente han calado en el público del grupo. No es para menos con su marcada melodía, la soberbia interpretación de Katie y ese tono tan hipnótico que no abandona jamás el tema.
A partir de aquí bajan el acelerador y lo siguiente fue otro tema de su nuevo álbum y es que “Future Politics” iba a estar más que bien representado en el concierto, lógico ya que era la presentación de este disco y es un grupo joven que poco puede tirar de nostalgia. Esta vez tomaron el riesgo de romper el ritmo del concierto con “I’m a monster”, una magnifica canción que recrea perfectamente la sensación de depresión y que si bien es realmente emocionante y uno de los puntos más fuertes e intensos del álbum, no es la pieza más recomendable para tocar después de dos temas que han puesto al público prácticamente a comer de tu mano. Con todo, “I’m a monster” no supuso ningún bajón y convenció a una audiencia que quería algo más que pop convencional. Como si quisieran seguir bajando el ritmo del concierto nos sorprenden con una versión de “Forgive me” de su anterior álbum “Olympia” en la que la única protagonista es Katie a los teclados mientras los demás miembros de la banda estaban o bien sentados (Ryan y Dorian) o bien mirando a las musarañas o jugando al “Candy crush” (Maya). No suelo ser muy aficionado a este tipo de versiones, pero he de reconocer por una vez que la jugada le salió perfecta a Katie y de paso pudo justificar así prescindir de los coros de las hermanas Lightman muy presentes en la versión de estudio de este tema.
Texto y fotografías: Alfredo Morales.