Los que tuvieron la suerte de asistir ayer al concierto de Fuel Fandango en la Sala Caracol de Madrid, fueron testigos de una original y apasionada historia de amor entre la música de Ale ACosta y Carlos Sosa y la maravillosa voz de Nita, a la que de una forma muy inteligente, tiñeron de rojo y negro como el clásico de la literatura de Stendhal. Si la demostración y virtuosismo de Ale Costa a la guitarra, voz y teclados fue sobresaliente, Carlos Sosa no se quedó atrás con una amplia demostración de cómo se debe tocar una multibatería plagada de platos y bombos a los que sacó sonidos que en más de una ocasión dejaron a los presentes con la boca abierta. Dicho lo cual, hay que decir que la gran estrella de la noche merece puntuación aparte, y así, Nita estuvo de Matricula de Honor para arriba, con una variación en los registros vocales absolutamente prodigiosa (es la mejor cantante del panorama musical español con mucha diferencia). Sus cuerdas vocales poseen unos maravillosos registros flamencos, pero también atesoran matices de soul, gospel, funky, trip hop, rap... y así hasta donde queramos cansarnos de añadir uno a uno todos los registros que seamos capaces de imaginar.
Los que tuvieron la suerte de presenciar el concierto de anoche de Fuel Fandango en la Sala Caracol de Madrid, pueden decir sin miedo a equivocarse que fueron testigos de uno de los espectáculos de la temporada y del inicio de un largo camino, que como no cambien muchos las cosas, les llevará a Fuel Fandango a lo más alto del pop español sin más etiquetas.