Concierto de Nikki Hill. Sala BUT. Madrid, 6-XI-2014

Publicado el 08 noviembre 2014 por Raúl Rn

Hace algunas semanas, el amigo Adrián -autor del excelente blog Bonus Track- nos invitaba a conocer el primer disco de la estadounidense Nikki Hill; solo me hizo falta escuchar una canción, y ver su desempeño en el vídeo correspondiente, para darme cuenta que no era una más, me quedé literalmente pegado a la pantalla del ordenador. Se lo comenté a Adrián y me dijo: ¿por qué no te vienes a verla en directo? Yo ya tengo mi entrada. Me apunté al sarao inmediatamente, al igual que el verano pasado cuando él mismo me facilitó el ticket para asistir al concierto de Jethro Tull, al que finalmente no pudo ir debido a una indisposición de última hora. Nos quedaba pendiente vivir un concierto juntos y esta vez sí que pudo ser; nos acompañaron Sara, Marta y mi hermano Carlos (en una de las fotos nos podéis ver a todos).
La música con los amigos se vive con mayor intensidad y pasión, ya desde el mismo momento de las presentaciones, las cervezas previas y la charla sobre música o cualquier otro asunto que se preste a una buena conversación, más que nada porque es un momento en el que ya estamos todos preparados para el evento, con un puntito de excitación que no nos abandona hasta que empieza la actuación. Tras esperar un poquito en la cola, entramos a la sala BUT, que recuerdo de mi época universitaria, cuando la noche parecía no acabar nunca. Una vez asumida la clavada de rigor por las cervezas o los cubatas (por cierto, más aún que el precio, odio los vasos de plástico, es la parte más antipática de los conciertos), nos buscamos un lugar para disfrutar de la actuación que, finalmente, fue excepcional.
Los primeros compases nos mostraron un sonido algo sucio, manifiestamente mejorable, y pensamos que, tal vez, no era el lugar adecuado para un concierto de rock. He de decir que esa sensación me duró bien poco, en la segunda canción ya todo me parecía fenomenal. Nikki Hill es una estrella, una de esas artistas que uno puede ver pocas veces en la vida; mi amiga Marta la llegó a comparar con Tina Turner. Sus cualidades vocales son portentosas, con un dominio de la afinación, tanto en los graves como en sus increíbles agudos, muy poco habitual. Pero yo diría que ésta no es su faceta más destacada; a Nikki Hill le fluye la música por todo el cuerpo, domina el tempo a la perfección -como los grandes boleristas-, sabe cuando parar y volver a arrancar, siempre en la décima de segundo exacta, perfectamente sincronizada con sus compañeros. Es, además, guapa, simpática y portadora de una cautivadora sonrisa; sinceramente, lo tiene todo para triunfar y me extraña que aún no lo haya hecho.
La banda está a su altura, suenan muy potentes y están perfectamente empastados, siempre al servicio de la solista pero con una buenísima calidad instrumental; un batería solvente (Joe Meyer), un bajista espectacular, con un ritmo endiablado (Ed Strohsahl) y un guitarrista (Matt Hill, esposo de Nikki) brillante y a la altura de las circunstancias. En definitiva, un grupo compacto, un verdadero equipo, con unas individualidades propias de una gran banda.
Tan solo tienen un disco (“Here’s Nikki Hill”), donde se puede apreciar bien su estilo de rock & roll clásico, en ocasiones incluso rockabilly, con evidentes influencias procedentes de la música negra, en concreto del soul, el blues y el rhythm & blues. Pero Nikki Hill es una de esas artistas que son mucho mejores en directo, ni siquiera sus vídeos de youtube hacen justicia a su poderosa puesta en escena. Apenas nos ofreció un par de canciones semi-lentas, el resto fue pura dinamita rocanrolera.
Entre los temas que pudimos disfrutar había bastantes versiones, todas ellas ejecutadas de manera magistral: “Sweet Little Rock & Roller” (Chuck Berry), “Twistin’ the Night Away” (Sam Cooke), “Who where you thinking of” (Texas Tornado), “Whole Lotta Rosie” (AC/DC) y probablemente hubo alguna más, además de sus temas propios.
Estábamos entusiasmados, no queríamos que acabara y cuando lo hizo agradecí (¡quién lo iba a decir!) que estuviera rodeado de fumadores; el arrebato nicotínico post-concierto fue la excusa perfecta para intercambiar opiniones sobre lo que habíamos presenciado, estuvimos hablando un buen rato hasta que nos marchamos aunque la excitación aún nos acompañó unas horas. Tan solo pagamos trece euros. Nikki Hill, ¡te adoramos!

De izquierda a derecha: Sara, Adrián, Raúl, Marta y Carlos


Archivado en: CONCIERTOS Tagged: Conciertos, Nikki Hill