Interpretaba por vez primera la orquesta la obra Minutos sinfónicos Op. 36 del olvidado pianista y compositor húngaro Ernö Dohnányi (1877-1960), contemporáneo de Bartok y Kodaly, y abuelo del director de orquesta Cristoph von Donhányi. Ernö (conocido a veces con la distinción nobiliaria de Ernö von Donáhnyi) fue acusado de pronazi al recalar en Viena durante la Segunda Guerra Mundial después de haber ayudado a la evacuación de músicos judíos desde Hungría a EEUU a través de su intermediación como director de la Academia de Música de Budapest, y acabó emigrando a Norteamérica para vivir una vida más cómoda, huyendo de esa acusación infundada. Su estilo musical está innegablemente influenciado por la tradición germánica, cuya muestra de ello es esta partitura, que no obstante está marcada por el carácter de ligereza y floritura orquestal, muy alejada de la profundidad brahmsiana de sus composiciones más serias, y donde la brevedad es la nota dominante.
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