Anoche en Madrid, la banda inglesa de Basildon Depeche Mode recalaba con su gira Global Spirit Tour, y lo hacían justo antes del parón que tendrá lugar por las fiestas navideñas, para reanudarlo allá el 9 de enero del año que viene en Copenhague. Es la tercera vez consecutiva que veo a los Depeche Mode en este siglo, una banda que ha cambiado bastante con respecto a la que se fundó a principios de los años 80, y por supuesto con la que hizo discos míticos e imborrables en los 90. Siempre digo, y lo reitero, que esta formación actual en la que permanecen Dave Gahan a la voz y bailes serpenteantes, Martin L. Gore, guitarra, voz y alma del grupo más el palmero de Andrew Fletcher que toca en teoría sintetizadores, a los que dan un apoyo brutal en vivo Peter Gordeno (que hace mucho más que Fletcher) a los sintetizadores y bajo, además de Christian Eigner a la batería, son una formación muy compacta.
Como viene siendo habitual en esta gira el Revolution de The Beatles anuncia que empieza el espectáculo, más el remix de Cover me (Alt Out) da la entrada definitiva a la banda, que comienza el show con Going backwards, tema que inicia Spirit y una gozada para empezar. Y para continuar una apabullante It's no good, aquel maravilloso single de Ultra que sonó realmente brillante, a la que siguió la también más oscura pero no menos buena Barrel of a gun, el remix de A pain that I'm used to (Jacques Lu Cont's remix) donde el auténtico protagonista era el bajo de Mr. Gordeno, para luego volver al Ultra con una interpretación de Useless portentosa, me encantó, aparte que tengo una debilidad especial por ese tema y el momento de la guitarra de Mr. Gore y ese vídeo especial para el concierto magnífico. Después Precious volvió a poner un medio tiempo glorioso. World in my eyes fue el primer acercamiento a Violator, momento de palpitaciones fuertes, Cover me relajó al personal, un gran single de Spirit, y ese instante sirvió para que Gahan dejara paso a Martin e interpretara Insight y Home, para así completar un total de cinco temas de Ultra, casi la mitad.
En resumen, un grupo que sigue estando a un extraordinario nivel y cuyos conciertos siguen demostrando que son muy grandes, y que es un placer poder seguir disfrutando de ellos, aunque cada vez sea más caro verles.
Os dejo con Precious, tal y como lo pude grabar anoche.