Fin de gira y concierto aniversario 'Dulces 18', combinación ganadora a la hora de reunir a 14.000 incondicionales en el WiZink Center (Palacio de Deportes) de Madrid el 23 de noviembre. Los anfitriones, Juancho (guitarra y voz), Gerbass (bajo) y Ruly (batería), en otra palabra, Sidecars, el grupo formado en el barrio de Alameda de Osuna en los primeros compases de este siglo. Todo vendido y desde primera hora de la tarde ambiente de gala en los aledaños del recinto, primero para disfrutar de Sarria y después, a partir de las 21:00 horas, de Sidecars y "el día más importante de nuestra carrera" tal y como el propio trío reconoció ese mismo sábado. A lo grande, hasta la bandera y sobre el escenario, además, con invitados e invitada...
Algunos medios de comunicación nos quedamos con las ganas de descubrir en directo a Sarria —gajes del oficio—, pero al menos fuimos conducidos hasta la pista justo a tiempo de ver el vídeo-resumen de estas dos décadas de trayectoria —que ya provocó los primeros cánticos entre el público— y de presenciar la entrada triunfal de Juancho, Gerbass y Ruly en clave de chotis, puesto que su particular Madrid, Madrid, Madrid fue la canción elegida para comenzar la celebración con puntualidad —casi— británica. Por cierto, detalle más que importante, durante toda la velada el trío fue sexteto porque como viene siendo habitual en el directo de Sidecars, tampoco faltaron a la cita Ramiro Nieto (percusión), Sergio Valdehita (teclados) y Álvaro Fernández (guitarra).
"¡Madrid, manos
arriba, joder!", reclamó
Juancho tras entonar
La tormenta y
Cremalleras y su gente respondió con palmas para recibir
El pasaje del terror, la canción que nació tras la cancelación de un concierto durante la pandemia. A continuación sonó
Fuego cruzado y ya no fue necesario que nadie reclamara nada porque aquel estribillo se coreó en cada rincón:
"Fuego cruzado, cuerpos extraños, tengo que reconocer que íbamos a medio gas. Creo que aprendí a perder en un arrebato de sinceridad".
"Buenísimas noches, Madrid. Muchísimas
gracias, en especial a quienes llevan desde el principio (...) nunca nos
atrevimos a soñar tan alto (...) llevamos 20 años, aunque hoy
celebremos 18; una especie de
resumen del pasado, presente y futuro", y la emoción hizo que
Juancho no pudiera continuar hablando. Entre el público muchos rostros reflejaban esa misma emoción. Así, con los sentimientos a flor de piel, el grupo presentó
El momento exacto, su
última canción publicada hace un mes —y también se coreó, por supuesto—.
"¡Manos arriba, esto
es un atraco!" anunció
Juancho y en el escenario aparecieron los dos primeros invitados de la noche:
Ovidi y Álvaro, los hermanos Tormo,
Los Zigarros. Si el personal ya estaba a tope y en el graderío la mayoría había despegado el culo del asiento, entonces la celebración se nos fue de las manos —en el mejor sentido de la expresión— al son de aquella rocanrolera
Ya no tengo problemas del homónimo debut del grupo en 2008 y con la siguiente:
Cómo hablar. Tal cual, alrededor de las 22:00 horas sonó la única versión de todo el concierto y, además, con la colaboración de la mismísima
Eva Amaral. Desgraciadamente no pudimos disfrutar de
Juan Aguirre y su guitarra debido a una situación familiar delicada, mucho ánimo, pero igualmente
Cómo hablar fue uno los momentazos de
'Dulces 18' y Eva
se salió —para variar—.
"Soy consciente de que hay mucha gente de Madrid y mucha gente que ha
cogido trenes, aviones... me parece increíble y hay gente que está en la
mierda ahora mismo en Valencia. Algunos han podido venir hoy aquí,
nuestro corazón está allí", y tras estas otras palabras emotivas de
Juancho y dedicar un brindis a su público, el sexteto tocó
Todos mis males y el Palacio volvió a responder al unísono coreando
"déjalo estar,
no pudo ser". Por cierto, antes, durante y después la sección rítmica
a cargo de
Gerbass y
Ruly demostró que su solidez
sería otra de las constantes
del concierto. Una de las duplas más sólidas del panorama musical nacional de las últimas dos décadas.
Dos invitados más sobre el escenario madrileño y menuda pareja,
Carlos Tarque y
Ricardo Ruipérez, quienes se saltaron el paréntesis de
M Clan hasta 2026 para interpretar
Dinamita junto a
Sidecars:
"Creételo, no hay dios que me cure de ti, pídemelo lento, sácame de aquí". Cuando nos quisimos dar cuenta no solo Tarque y Ruipérez se habían despedido, sino que
Juancho y
Sergio se habían quedado a solas para interpretar con guitarra y piano
De película, atmósfera intimista y las linternas de los teléfonos iluminando el recinto:
"Tuvimos una noche ridícula, me besó de película y todavía me sabe la boca. Salimos, apunté su matrícula, apretó la mandíbula, se derretía gota a gota". Sin duda, otro de los momentos más destacados del concierto y Juancho volvió a emocionarse visiblemente. Justo a continuación, otro subidón de la mano de los
hermanos
Ferreiro,
Iván y Amaro, quienes cumplieron los pronósticos y colaboraron en
Los amantes, otro de los temas del disco
Fuego cruzado que 10 años después sigue sin fallar en directo:
"Guardaremos bajo llave hasta el último detalle y que pase lo que tenga que pasar". Y lo que pasó fue
Leiva, literalmente, que solo necesitó hacer sonar su armónica para que aquello se viniera abajo —literalmente de nuevo— al son de
Chavales de instituto, otra de las notas más rocanroleras del concierto y en la que el piano de
Sergio volvió a brillar.
"Es muy bonito hoy ser
el hermano del de Sidecars, estoy muy feliz por eso", comentó
Leiva junto a Juancho y realmente bonito fue ver a los hermanos cantar
Contra las cuerdas, que no acabaron a capela juntos precisamente porque aquellas 14.000 personas no dejaron de cantar en ningún momento, sin exagerar.
"Familia, esto se acaba, no me hace ni puta gracia a mí,
pero es así. Siempre seremos muy fans de ti, Madrid, hasta siempre", y con
Fan de
ti al filo de las 23:00 horas, un buen solo de guitarra de
Álvaro y
Ramiro desatado de acá para allá llegó el final...
Lógicamente así sin más no podía terminar el concierto aniversario de Sidecars, sin un solo bis:
"Es difícil contener la emoción en un momento como este. El mérito es de
todos, esto es de todos, esto es fruto del esfuerzo de la confianza en
la música y en las canciones, que nunca se pierda esto, por favor. Me
estoy aburriendo de escuchar en las radios, en los medios, que las
bandas de Rock están de capa caída y ahora mismo lo que a la gente le
gusta es otra cosa. Yo veo aquí 14.000 personas y pienso 'una polla'. Me
demostráis que hay esperanza, que hay gente suficiente para apoyar a
las bandas, y juntos hemos hecho una familia y hemos generado un puto
WiZink entero. Gracias, familia, os queremos". Y estas últimas palabras de Juancho calaron más si cabe mientras disfrutamos de
Caballos salvajes,
Mundo imperfecto y
Amasijo de huesos. Bonita manera de empezar a pensar en lo que está por delante tras estos 'Dulces 18'.
Texto y fotografías: Alberto C. Molina