El post de rigor sobre alguna de las actuaciones musicales que han tenido lugar en las fiestas del municipio donde siempre he residido (publicado con algunos días de retraso), se lo lleva este año Alaska y su proyecto más longevo en el mundo de la música, en el que siempre ha estado acompañada por Nacho Canut, que no es otro que Fangoria. Iba con no demasiadas ganas, he de confesarlo, ya que en el concierto que el grupo ofreció 4 años atrás en el lunes de las fiestas populares me dejó algo frío. Quizás fue un espectáculo demasiado electrónico y además incluyó una serie de adornos, cuyos gustos respeto, pero que personalmente no me resultaron entretenidos.
Por fortuna, la cosa cambió. Tras la introducción de El Pulpo, a quien pueden ver en sus tareas en la foto de arriba del párrafo, el cual estuvo desde las 23.00h animando al respetable y consiguiendo una más que aceptable acogida a sus peticiones de bailes y movimientos por la audiencia, a las 12 de la medianoche (una hora muy apropiada para que Alaska comience sus conciertos) comenzaba el espectáculo, con ese guiño a la revista que teñía la imagen de las bailarinas y bailarines y la propia Alaska como vedette principal.
Se empezó con “Miro la vida pasar”, con Alaska, Nacho y el vocalista Spunky sobre el escenario. En los siguientes temas entró la guitarrista rubia cañón que completaba el cuarteto en escena y los bailarines, entre los que destacaba la televisiva stripper Susana Reche (a la que recordarán quizás de los últimos días de “Crónicas Marcianas”). La mejora redundó en que Alaska y Nacho tuvieron a bien incluir en el set list todos los éxitos de Alaska Y Dinarama, cosa que ya advertimos en los primeros pasos del show con “Un hombre de verdad”. Aunque eso sí, todos los clásicos sonaron con una base rítmica electrónica actualizada, pero que para nada incurría en el sonido machacón o estridente. Sonaron éxitos tardíos como “Mi novio es un zombi” (el tema primero que recuerdo personalmente en vida promocionar de
Alaska Y Dinarama en televisión) e inmortales tales como “Bailando” (de las pocas concesiones a la etapa de Pegamoides), “Ni tú ni nadie”, y sobre todo “¿Cómo pudiste hacerme esto a mi?”, las cuales se incluyeron en el bis y en la parte final del listado troncal de la actuación respectivamente. Ésta última fue el momento que con más afición viví, ya que sonó grandiosa, a la altura del mito que es en sí la canción.
El bis, ya fuera del espectáculo vodevil, se centró en temas de Fangoria, que hicieron compensar la balanza ante tanto peso de la historia previa de Alaska y Canut. No podemos obviar que también sonaron con fuerza y buen ánimo piezas muy válidas de Fangoria como “La mano en el fuego” y sobre todo “Retorciendo palabras”, que supuso uno de los mejores momentos de la actuación. No faltaron el “Criticar por criticar” o “Absolutamente” de los discos más recientes de la formación.
En resumidas cuentas, Alaska y Nacho, Nacho y Alaska, sellaron un espectáculo notable durante las casi 2 horas de actuación que ofrecieron a la parroquia de Torrejón de Ardoz. La única concesión al margen de la actuación musical en sí fue un striptease de Susana Reche mediada la actuación en un mano a mano con la guitarrista del grupo, mientras que Alaska se entretendría en cambiar el vestuario con esas prendas tan ajustadas que gusta de llevar. Gran concierto de la noche del sábado de las fiestas populares, ante un recinto de conciertos hasta la bandera y en el que la gente disfrutó y bailó tanto al menos como el marido de Alaska Mario Vaquerizo, que estaba en primerísima fila, al igual que la plana mayor del gobierno municipal con el alcalde Pedro Rollán y su concejal de festejos Valeriano Gómez a la cabeza, situados justo delante de mí.
Concluyendo con el post, afirmo que Fangoria ofrecieron un show 3 veces mejores que el que trajeron 4 años atrás al mismo emplazamiento. ¿Puede que la nostalgia impregne mis sensaciones y juicios de valor? Sí, de acuerdo, pero así lo siento y realmente lo pasé muy bien.