Los que abarrotaron la sala
Joy Eslava el pasado viernes 10 de junio por la noche lo pasaron en grande. Y los culpables de que eso fuera así fueron Fuel Fandango. El grupo ofrecía un concierto en la capital para celebrar la reedición de su primer disco, el cual ha funcionado notablemente bien, y se notaba en el ánimo que desprendían sobre las tablas las ganas de disfrutar y de hacerlo pasar bien.
Fue hace unos días cuando me llegó por comunicación de prensa que el grupo Fuel Fandango celebraría el viernes 10 de junio un concierto en la sala Joy Eslava. Desde hace unos meses que descubrí al grupo en el único canal monotemático musical de nuestra tdt, Kiss Tv, con el videoclip de su temazo “Shiny soul”, tenía curiosidad por inspeccionar más sobre la música de este grupo. Y, ¿qué mejor forma de profundizar en un grupo que ver su directo?
Por ello, el viernes 10 de junio nos presentamos en la sala Joy Eslava, uno de mis lugares favoritos para acudir a un concierto, para ver lo que eran capaces de hacer sobre el escenario la vocalista Nita y el músico Ale Acosta, acompañados del batería Carlos Sosa. Si bien solamente eran 3 en escena, la sensación era de que al menos la formación fuera el doble en lo que a número de componentes se refiere, ya que la fuera y el vigor que desprendían cada uno de ello en sus funciones valía por dos.
Como ya he referido, la sala presentó un llenazo hasta la bandera. Seis minutos pasadas las 21.30h (antes dentro de la sala nos entretuvimos escuchando temas interesantes como “Little lion man” de Mumford & Sons) salían a escena el batería Carlos y Ale y a los pocos segundos se presentaba Nita, con sus movimientos aflamencados y con uno de sus inseparables abanicos. Se comenzó con los lejanos aires de samba que están presentes de forma evidente en la canción titulada “Brazil”. Un buen tema para ir midiendo la temperatura de la audiencia, la cual fue en aumento a medida que el grupo iba dando más y más. Nita no comenzaría a interaccionar con el público hasta la 2ª parte de “No sense”, en la que advirtió que quería ver a la gente bailar; no hizo falta que la vocalista lo pidiera más, ya que con “Uh, uh” y sobre todo con el 2º single del disco de debut “Talking”, la cual tuvo unas partes tremendamente intensas en su tramo final, la Joy Eslava ya terminó de ponerse patas arriba. Previamente, como ya he informado, se situó “No sense”, con su la delicada electrónica de su 1ª parte y ese estribillo que considero tan acertado, con su 2ª parte anexa con una mayor experimentación electrónica más acusada, y también “Uh uh”, que junto a “Talking” completaron el bloque inicial de la actuación.
Hablar de momentos álgidos es difícil, ya que la hora y 20 minutos que Fuel Fandango estuvieron en el escenario no sufrió altibajos y se estuvo todo el rato a un nivel altísimo de exigencia. No obstante, si he de destacarles algunos buenos momentos, me quedaré con uno en lo personal que fue “The engine”; para mi gusto es quizás la mejor canción del disco de debut del proyecto. Es un tema menos rítmico o directo, sino que en sus suaves melodías y electrónica placentera se dibuja una sensación de calma y ensoñación maravillosa. No en vano Nita tuvo a bien dedicársela a sus padres, presentes en la sala, y si eligió este tema para ofrecérselo a sus seres más queridos, ¿por qué será? “The engine” fue por otro lado el 2º tema de un combo más relajado tras el arreón inicial de 4 temas sin respiro, que comenzó previamente el tema final del disco de la banda “Lifetime”. Abajo podemos ver al trío en acción y a Nita con uno de sus abanicos.
Para la histeria general llegó en la parte final del show el tema más reconocible del grupo. “Shiny soul”, como ya advertí en las redes sociales en la tarde del viernes, en efecto hizo temblar los cimientos de la Joy Eslava y la gente bailó, cantó, gritó y botó a gusto en este tema tan rotundo y bailable, a la par que complejo, rico en matices y en definitiva uno de los mejores ítems que han sonado en el panorama musical español en el año 2010.
Se terminó con el único bis de la actuación, concretada en “Always searching”, la cual se está perfilando como el 3er. single del disco y que puso el punto final a un muy buen concierto. El resto de canciones del disco de debut sonaron muy intensas, movidas y animadas; no pretendo extenderme en analizarlas, puesto que el debut de Fuel Fandango será objeto de revisión en los próximos meses, y ahí es donde me detendré más en ello.
Fuel Fandango demostró en su directo que la fusión musical bien llevada puede ser algo maravilloso y que suene tremendamente bien. El rock, la electrónica, el flamenco, el funky y el jazz se entremezclan en las composiciones del grupo para crear de esa forma un crisol de sensaciones muy variadas a quien acude a sus conciertos. Si a eso le sumamos el carisma que desprende Nita, la cual se confirmó como una cantante fabulosa en el directo, además de no parar de comerse el escenario de un lado para otro con los taconazos de vértigo que llevaba, se obtiene un resultado notable.
Y todo ello no puede ser posible sin la intensidad musical que aporta Ale Acosta con su guitarra (vean la entrega del mismo si no me creen en la imagen que les dejo arriba del presente párrafo) y de cuando en cuando en los sintetizadores, ; más aún si se acompañan de un batería tan aplicado como demostró ser Carlos Sosa.
La presentación en escena se valió de numerosas flores de color rojo intenso, muy acorde con el vestido que Nita llevaba y en la parte final la propia Nita se encargó de rociar al público con una serie de pequeños corazones recortados en un papel charol que supusieron un ligero adorno a los últimos compases de la actuación.
Esta formación es una nueva sensación dentro del panorama de la música. Sus primeros pasos resultan del todo interesantes. Quizás lo más cercano que se hizo en su día fue lo que aportó Chambao con aquel flamenco chill, pero el caso es que a día de hoy hay pocas propuestas como la que Ale y Nita ponen sobre la mesa. El concierto del grupo en la Joy Eslava fue muy bueno, un rotundo éxito, no solo de asistencia de público, sino también en lo referido al buen hacer sobre el escenario y conseguir que las canciones que forman parte de su debut brillaran con una deslumbrante luminosidad en el directo. De sobra mereció la pena.