El comienzo del show se centró en el disco de 1981 y se completó con otros 2 temas. Sin descanso vino “It’s more fun to compute”, que nos sumergió en el primer momento de trance musical de la noche. Se produjo la primera parada de sonido, para recibir un enfervorizado aplauso y posteriormente meterse con “Computer love”, que sonó fabulosa, con un desarrollo instrumental estupendo y que hizo las delicias de todos (de mí el primero); por cierto, aquí arriba les he insertado un fragmento que grabé en video (la calidad de imagen y sonido es horrible, pero es lo que hay).
Pero no había lugar a la queja en ningún sentido, ya que Kraftwerk no pretendían dar respiro. Era hora de dejar ya el disco temático y navegar por otros capítulos de su discografía que ya tendrían su momento en la semana grande bilbaína de los alemanes, pero que ahora sonarían de avanzadilla. Y llegó el momento para mí muy señalado de “Radioactivity”. Comenzó a sonar el “Geiger counter” y enganchó perfectamente con la canción título del disco de 1975. Tras ver el perfil de la época de Ralf proyectado haciendo el playback para el vocoder que menciona el título de la canción, impresiona mucho la proyección con el símbolo radioactivo en el fondo desprendiendo o emitiendo partículas y ver los nombres de las ciudades con centrales nucleares de ingrato recuerdo o que han sufrido de los efectos de la radioactividad impresos en grande en el telón. Sorprendió Ralf cantando la primera acometida en japonés, con la letra también proyectada en 3D. Luego retornó al inglés en el desarrollo espectacular de más de 5 minutos de este temazo absoluto de la discografía de los alemanes. Les dejo a continuación su video completo.
No tardó mucho en llegar la nave espacial y ver cómo se aproximaba a Bilbao. “Spacelab” agrada, con el efecto de ver la localización en vista aérea del Maps (como ya comentó Alfredo Morales en las crónicas en directo de Kraftwerk que ya hay por estas tierras -Lyon 2014 y Grenoble 2015- y cuya foto encontrarán y habrán visto ya párrafos más arriba de este artículo) y luego ver la proyección de la imagen de la ciudad y en particular del recinto con el platillo volante frente al Guggenheim. La imagen de abajo con Hilpert y Schmitz en la misma corresponde a la interpretación de “Kometenmelodie 2”.
Unida a estas 2, sonó la absoluta “The man-machine”, con su laberinto de letras oscuras y rojas en las proyecciones y que inevitablemente me evocó a esa improvisación de final de programa que hicimos en la radio hace unas temporadas; ¿cómo? ¿Que no lo han escuchado aún? Pues vayan a este enlace y luego nos cuentan.