Más tarde, Lloyd reveló que “Patience” era la canción más antigua de las que sonaron en esa noche a nivel de composición. Sonó preciosa, incluso sin los coros femeninos que tan bien le van en estudio. Se demostraba el carácter de la noche y se comprobaba que el formato acústico le viene tan pintado a las composiciones clásicas de Lloyd como les vendría la interpretación tradicional con banda y fanfarria.
La 2ª parte, que arrancó tras un descanso de 20 minutos (junto al concierto de Simple Minds de 2012 es el único en el que he vivido un descanso al uso con parón y encendido de las luces y vuelta al hilo musical de la sala), fue la que trajo los pesos más pesados en lo que a listado se refiere. Lloyd salía a escena acompañado de su hijo William, y los 2 confirieron un mayor empaque al sonido acústico del show. Arrancaron de nuevo la moto con “Don’t look back” del repertorio en solitario de Cole y durante la hora y unos minutos que padre e hijo estuvieron sobre el escenario nos fueron deleitando con las piezas más esperadas de la noche.
No le fue a la zaga la celebérrima “Perfect skin”, el primer gran éxito de Lloyd Cole a nivel mundial y uno de los temas por los que más se recuerda a su trayectoria junto a The Commotions. Este tema, otro de los que forman parte de “Rattlesnakes” del que se hizo un profundo escrutinio, destacó en su estribillo, cuando Cole se atrevió casi a entonarlo a capella en todas las ocasiones, cesando en gran proporción los acordes acústicos tanto suyos como de Will. Funcionó, como no podía ser de otra forma. Aquí les dejamos un fragmento que grabamos del comentado momento.
Antes del bis vino otro momento destacado para mí. Y es que “Brand new friend” es uno de esos capítulos de “Easy Pieces” de 1985 que desprenden vitalidad y buen rollo por cada uno de sus acordes. Sirvió como puente al bis, el cual no se hizo mucho de demorar, ya que prácticamente Lloyd y William Cole salieron del escenario para volver a entrar acto seguido. A continuación una imagen de Will Cole en solitario.
Lloyd y William se fueron por todo lo alto con este cierre firmado con “Forest fire”, recibiendo el aplauso que ellos consideraron justo (no se entretuvieron mucho en escena para que la gente siguiera, con gusto, gastándose afanosamente las palmas ovacionándoles) y con el deber cumplido.