En ese concierto del que vi la mitad en Youtube, detrás de “King and lionheart” venía “I of the storm”, cosa que esta vez no sucedió, y en parte me agradó que así fuera, ya que al menos el orden se vería bien alterado; hoy he visto el concierto ya entero, y sí, varió mucho el orden, alguna canción se cayó de la lista y otras se sumaron. En Copenhague el grupo decidió sellar un cuarteto de apertura de aúpa al meter como cierre de ese grupo de arranque la bullanguera y festiva “Mountain sound”, la cual mantuvo la cierta histeria del público danés, un colectivo menos histérico que el de nuestro país, pero en el que también hay cabida para gente que intenta colarse filas. Tampoco es que la gente estuviera muerta, pero noté menos entusiasmo en las masas; cosas del norte, supongo. Por cierto, “I of the storm” sí que sonaría, por fortuna, pero lo hizo más adelante. Aquí un fragmento que grabé con parte de su puente y estribillo.
Bueno, no pretendo ir lineal contando de inicio a fin el concierto. Ahora quiero reparar en lo que tuvo de protagonismo el disco en sí que provoca esta gira. Me gustó mucho la selección de temas no singles que ofrecieron los OMAM, porque, por supuesto, “Wild roses” y “Wars” no faltaron. Del resto estuvo muy bien que “Ròròrò” apareciera en los primeros compases, con una Nanna muy sentida al micrófono. Estuvieron en el setlist también “Sleepwalker” con buena conjunción entre Ragnar y Nanna a las voces (algo podrán comprobar en el vídeo que insertamos debajo de este párrafo, aunque no esperen gran calidad ni de imagen ni de sonido), y “Stuck in gravity”, esta última más hacia el final, y que sirvió a Ragnar para afianzar claramente su papel en los directos.
Resultó muy sorpresivo que el bis lo abrieran en formato íntimo con “Waiting for the snow” con Nanna sentada al borde del escenario, con luz muy cálida. Esa pregunta “¿qué me ofreces?” que se repite tanto en la canción, sonó muy sentida, con Nanna esforzándose mucho en transmitir los sentimientos correctos que merece esta joya de “Fever Dream”. Evidentemente los chanchullos vocales de producción de estudio aquí no aparecieron, ni falta que hicieron para tocarnos la fibra cuando la cosa iba acabándose. A continuación un cachito de “Waiting for the snow”.
Ya que estoy con el bis, comentar que el grupo remató de forma muy peculiar el bolo danés, ya que si bien optaron por sumar otro clásico de claro gusto para todo fan de Of Monsters And Men, que es esa gran apertura de su disco de debut, es decir, “Dirty paws” (lo cual permitió a la banda y público soltar esos “hey!” como de aviso que incluye la canción por última vez en la noche), se salieron de lo evidente con la pista de cierre. Y es que el grupo acabó precisamente como acaba “My Head Is An Animal”, con “Yellow light”. No me la esperaba ni en broma (ya saben que yo no miro los setlist de la gira antes de ir a mi concierto, pero, ya comprobado a posteriori, sí es cierto que ha sido el cierre de conciertos en casi todos los ofrecidos hasta la fecha). Esta canción me encanta. Supuso un momento de liberación de Nanna, que se movió sin parar de lado a lado del escenario mientras el público coreaba el tramo final de la canción. Broche de oro sin duda, y dejando de lado opciones más sencillas. Fueron valientes. La parte troncal del concierto se cerró con “Six weeks”, apuntalando el papel del disco de debut en el repertorio de este concierto y de la gira en general.
“Crystals” también jugó su papel en su momento, permitiendo otro momento de lucimiento para ese batería de tremenda potencia que es Amar; en este sentido he de apuntar que hacía tiempo que un batería a la hora de tocar en directo no me impresionaba tanto. Hay que ver la contundencia que imprime este tipo. No en vano, es un músico muy profesional, ya que de hecho cuando los roaddies estaban afinando los instrumentos, fue él mismo quien en un momento subió a su batería a dar los últimos retoques (nadie se dio cuenta de este detalle –no noté ningún grito o aplauso-, pero yo sí reparé en ello).