Mientras la gente esperaba que empezara el ambiente era mágico y festivo. Un chico muy salado no se cortó en sacar la gralla y empezar a tocar canciones como Bon cop de falç y La flama de Obrint Pasque la sala llena cantaba eufóricamente.
Al fin llegó el momento más esperado de la noche. Las luces se apagaron y apareció en el escenario un personaje un tanto peculiar que se hacía llamar el Tremendu y cantó una canción sobre los xais, protagonistas de la noche. A continuación, salieron Oques Grasses empezando el repertorio con el tema Sonuncell. El público entregado saltaba y cantaba al unísono, escena que ponía los pelos de punta.
El grupo salió al escenario tan natural como siempre, como son ellos realmente, sin aparentar ser nada que quieren o no quieren ser. Son un grupo de chicos de Osona, de campo, y que cantan aquello que les gusta y les define. El cantante, un poco curioso, lucía unos pantalones cortos deportivos y una camiseta como aquel que va a jugar un partido de fútbol. Muy polifacéticos ellos, hubo momentos de la noche que conectaron con el público cantando estribillos de canciones míticas y conocidas como I want to break free de Queen o la BSO de Dirty Dancing. Oques Grasses sabe como gustar a su público y hacerlos saltar y bailar más que nunca, sin dejarlos de sorprender con el tema Dale más gasolina, una canción de reggaetón que no va para nada con su estilo de música, haciendo una ridiculización fascinante.
Y no se terminan aquí las sorpresas del concierto, cuando entrabas en la sala te daban una postal navideña con una foto de ellos representando la escena del día de l’esperit xai, metáfora del nacimiento de Jesús, y una bolsita con siete cacahuetes cubiertos de chocolate que no podíamos comer hasta el momento indicado. A mitad concierto, ¡llegó el momento! Apareció de nuevo el Tremendu contándonos que era el fin de año de los xais, animales muy tranquilos y sin ninguna prisa, que no tienen una hora concreta para celebrar el fin de año y lo hacen comiéndose sus siete últimos excrementos. Y misterio resuelto: eso eran los siete cacahuetes cubiertos de chocolate. Con un cencerro, no podía ser de otra forma, tocaron las campanadas y nos comimos las siete cacas. Así son de originales este grupo de jóvenes que nunca se les acaba la energía.
Son un grupo original, joven, campesino y divertido con un gran humor que se ve reflejado en sus letras, como Petxina Lliure i Cul, y en su manera de ser y hacer las cosas. Como por ejemplo la magnífica idea de celebrar el día de l’esperit xai, un día que se sumará a las festividades navideñas porque cada cual celebra la navidad como quiere y la cree y ellos lo hacen de esta manera. Enhorabuena por este increíble concierto de fin de gira. Esperamos con impaciencia el próximo disco.
* Vídeo del Canal Hiperactivicat