No había sido ayer mi mejor día ni mucho menos, más bien todo lo contrario y decidí en un acto de arrojo y valentía de los que ya no quedan, comprar la entrada para ver a Robyn Hitchcock y creo que acerté plenamente. Necesitaba un concierto de onda tranquila, pausada y redentor, y eso es justo lo que fue. La estructura del concierto fue que primero actuaba Emma Swift, una cantante australiana que acompaña en su gira a Robyn Hicthcock, desconocida por mi y que me sorprendió gratamente por una preciosa voz, a la que acompañaba su guitarra. Por razones obvias no sé que temas tocó, ya que no conozco su discografía.
En la segunda parte (y más larga) fue el turno del protagonista principal de la noche, el británico Robyn Hitchcock, que desde el primer acorde de su guitarra demostró que es un fuera de serie, porque no sólo canta y te da diferentes tonos adecuados a la canción, sino que encima toca la guitarra de tal manera que te está marcando un paso diferente, hasta toca la caja a manera de percusión cuando es necesario, como si esa fuera la base rítmica de la canción, además de su peculiar manera de pulsar la guitarra, poco habitual.Interpretó temas como My wife and my dead wife, Glass hotel, Madonna of the wasps, Somebody to break your heart, San Francisco Patrol, Trouble in your blood (estas de su último trabajo The Man Upstairs), Adventure rocket ship, Full moon in my soul, Museum of sex (en el que se acercaba al público y nos hablaba) etc., y una versión de More Than this de Roxy Music ya en los bises, que me encantó.