En un sentir parecido jugó en el primer sector del concierto, tanto en lo sorpresivo para mí como en la intensidad y épica, “Welcome to the machine”, que contra todo pronóstico quizás fue uno de los momentos que podría meter en el top 5 personal del show; aunque la siguiente fotografía es más bien del sector final del concierto, es uno de los mejores primeros planos que pude sacarle a Roger desde nuestra posición utilizando a tope el zoom, y no me la guardo para insertarla más adelante de la crónica.
De “The Wall” hubo un núcleo a base/prueba de bombas que comenzó con su sonido de helicóptero y que nos marcaba claramente el camino a esa inquietante “The happiest day of our lives”, donde la rotundidad del bajo de Roger se hizo nuevamente patente junto a la batería de los aporreos evocados y añorados del bueno de Nick Mason. Los niños tomaban la primera línea del escenario, por cierto, todos ellos de la región, tal como explicó Roger al terminar de interpretarse este núcleo del concierto, y sonó a la perfección “Another brick in the wall (part. 2)”. Emocionante a más no poder. Y para colmo lo remató conectando la 3ª parte de “Another brick in the wall” para luego dejarnos ese intermedio de 20 minutos para comentar lo sucedido. Arriba de este párrafo les he insertado un cachito que grabé de este sector con la cámara del móvil.
Pasamos al 2º bloque del concierto. Las luces de emergencia se activan sobre una estructura que había permanecido apagada sobre el techo del Palacio de los Deportes y empieza a desplegarse un telón longitudinal perpendicular a la línea del escenario. Dejándonos la boca abierta de tal forma que nos podíamos introducir en la misma nuestro propio puño sin rozar los dientes, vemos que empiezan a desplegarse las 4 chimeneas de la Battersea Power Station (la icónica central eléctrica de “Animals” y su portada) y sobre el telón se desarrolla de forma bidimensional su fachada con sus ventanitas y estructura de ladrillo visto.
Y “Dogs” sonó de pe a pa. Enterita. Sin faltar un ápice, cosa a agradecer sin duda; como habrán comprobado, yo solamente grabé un pequeño sector, que era cuestión de deleitarse viendo todo el despliegue del momento más que de prestar atención a grabar nada. Pero, no terminaba ahí el momento dedicado al disco de 1977, ya que tras ponerse unas caretas los componentes de la banda y el propio Roger de animalitos que se representan en el listado de temas de la obra y brindar con champagne, con unos carteles sujetos por Roger que venía el primero a decir “los cerdos dominan el mundo”, y el segundo “jode a los cerdos”, venía irremediablemente “Pigs (three different ones)”.
En las chimeneas, que incluso echaban humo, en 2 de ellas aparecía un cerdito volando entre las mismas, pero durante “Pigs” apareció un cerdo gigante volador que se dio un par de paseos por el techo del recinto, terminando de rematar el gran despliegue teatral del concierto. Abajo la evidencia en forma de foto.
Al terminar nos hicimos unas últimas fotos dentro en nuestra localidad y salimos del recinto. No pudimos ver a Óscar Cañas, porque por temas personales tuvo que marcharse, pero sí que hablé con él por teléfono en la puerta. Ahí me puso de relevancia una ausencia, que por otro lado yo no había notado hasta que él me lo advirtió, que fue la de “Shine on you crazy diamond”. No obstante, parecía bastante satisfecho al margen de esto. La siguiente foto muestra una vista general del escenario durante “Money”.