“Holy revelation” fue la vuelta a la electricidad de su penúltimo disco y el retorno de un sonido más bronco pero más energético. Es curioso como en estudio la parte vocal me recuerda a Beck, si bien en directo no fue tan así. Dos canciones más del mismo álbum siguieron a continuación, mostrándonos que pueden manejar la psicodelia de muchas maneras; “Miss Fortune” de una forma relativamente atmosférica y “Million eyes” con un talante más eléctrico, aunque incluye un curioso interludio instrumental. La única representación del disco “Butterfly House” (2010) fue la bicoca pop psicodélica de “1000 years”, buen punteo de guitarra añadido.
Texto, fotografías y vídeos: Mariano González.