Y salieron los auténticos protagonistas de la noche, incluso diez minutos antes de la hora fijada, se nota que tienen ganas de tocar y son jòvenes, la banda de Long Island, New York, comandada por los hermanos Brian y Michael D'Addario, esos niños superdotados e hijos de músicos que hacen una música en disco realmente maravillosa, pero que ayer en formación de cuarteto (la que tienen desde hace un año y pico aproximadamente) con Danny Ayala al bajo, guitarra, y teclados, más Reza Martin a la batería, guitarra y coros, dieron otra vez un recital absolutamente asombroso y dejaron claro de nuevo, primero porqué son superdotados, segundo que son multitinstrumentistas de una calidad soberbia y tercero que con una sala decente ellos dan un concierto mayúsculo, y hace que la gente que abarrotaba el lugar se fuese con una sonrisa de oreja a oreja. Esta es una banda que sigo casi desde sus inicios, y que ya con cinco discos a sus espaldas es la segunda vez que se dejan ver por aquí, y la verdad es que han pasado pocos meses de una a otra, y su legión de fieles va en aumento, no me extrañaría que su próxima visita diera el salto a sitios como La Riviera o algo más grande. Pero sucede cuando los ves, que el estado anímico que tengas se te pone totalmente en su sitio, te regeneran por dentro con sus armonías vocales, sus interpretaciones y sus canciones brutales, que es lo que enamora, esas auténticas maravillas.
Sus influencias son de lo más variadas y estupendas, en sus anteriores trabajos la vena glam, cierto toque al Bowie setentero, incluso cosas de Marc Bolan y sus T-Rex estaban en su música, unidas a cosas de The Kinks, The Beatles y demás. Pero ha sido en este último trabajo donde la confluencia mágica de The Beatles, The Beach Boys y The Byrds en aire sesentero total como punto de partida, hace que su último disco sea algo fuera de serie, y eso fue elevado anoche a la máxima potencia en vivo de nuevo. La formación de cuarteto empezó con los hermanos D'Addario a las guitarras y voces (¡menudas armonías hacen los dos!), Danny Ayala al bajo y Reza Martin a la batería, pero a la sexta o séptima canción hubo cambio de papeles, Brian se puso al bajo, Michael se puso a la batería, Danny al teclado y Reza a la guitarra, en ese momento ver a Michael otra vez dominar como si de Keith Moon se tratase las baquetas, fue algo que no se me olvidará fácilmente, ni su dominio absoluto del instrumento, clase sublime.
El tracklist era parecido lógicamente, aunque con algunas variaciones que paso a relatar. Despacharon muchas canciones de su último disco A dream is all we know, que evidentemente venían a presentar para aquellos que no pudieron verles en mayo y para los que repetíamos, así escuchamos My golden years, Church bells, Peppermint roses (que absoluta locura), A dream is all I know, They don't know how to fall in place, Rock on (over and over) (esta en los bises) y How can I love her more? Del anterior Everything Harmony cayeron In my head, What you were doing, Any time of day, Ghost run free y Corner of my eye y When winter comes around, estas dos por Brian solo con la guitarra acústica, bises escandalosos. De aquel maravilloso Songs for the general public escuchamos solo The One, creo que este disco merece ser tocado un poco más. De su segundo disco Go to scholl oímos If you give enough y de su primer disco Do Hollywood el I wanna prove to you. Aquel single Foolin' around fue un momento sublime. En cuanto a las versiones, aluciné con Transparent day de The West Coast Pop Art Experimental Band, el Only did it 'cause I felt so lonely de The Choir y el Runaway de Del Shannon, y también disfrutamos ya en los bises del I can hear the grass now de The Move y el I don't wanna cry de The Keys.Os dejo con un tema de Music City de anoche.