Por fin anoche me pude quitar la espinita con este enorme grupo canadiense, al que proceso un cariño tremendo, pero que en la anterior gira no pude ver por coincidirme con otro concierto, pero que en esta ocasión, no podía dejar escapar. Ando bastante pillado con su último trabajo, Internal Sounds, de esos que no me dió tiempo a meter en la lista de lo mejor de 2013, ya que empezé a oírlo muy en las postrimerías del año, pero que sin duda merecía un hueco.Pero lo de la banda de Toronto es de traca, ya que en directo superan y de manera espectacular lo que ya de por si, en disco, indica mucha grandeza. Ante todo porque anoche vi a un grupo que es capaz de tocarte no menos de 10 palos musicales y sin despeinarse, a saber: rock, country, folk, surf, rockabilly, bluegrass, punk, garaje, pop, e incluso spaguetti western señoras y señores. Todo ello con una amalgama de influencias variopintas, pero asimiladas de manera gigante por los cuatro miembros de la banda, los hermanos Dallas y Travis Good a las guitarras (una Fender Telecaster y otra Gretsch) que se compaginan de miedo, además de que Travis también toca el violín, Mike Belitsky a la batería y Sean Dean al contrabajo.
En algunos momentos del directo me parecía ver a Neil Young con su lado más country-folk de la época de Buffalo Springfield, en otros me parecía estar escuchando al mismísimo Dick Dale, y en otros a una de las más grande bandas de garaje de la historia. Lo alucinante de este grupo es que saltan de un estilo a otro con un dominio fuera de lo normal, y sin perder ritmo, de hecho hubo tramos del concierto que enlazaban 7 u 8 temas sin descanso. Además en el terreno de las versiones que hacen con tremendo acierto, dejan claro que maman de lo mejorcito.
El repertorio estuvo compuesto por temas de su nuevo álbum, evidentemente, Internal sounds, del que sonaron The first 5 minutes, So much blood, The very begining, Starting all over again, The very ending, Leave this world behind, Another yesterday again y Story 19, ésta última ya en los bises. Del Dark Circles, anterior trabajo, sonaron Another year again, Cut corners, o Tell her what I said. Del New Seasons se pudo oir What's left behind. De las clásicas más antíguas sonaron Tiger Tiger en total penumbra (por un fallo de iluminación), de aquel álbum de 2002 Stories often old, de la que también sonó el tema que da título al disco (con las voces graves a lo Johnny Cash). También ese Ridge Runner Reel en la que la guitarra de Travis, va acelerando de manera magistral, hasta ir a mil por hora. Pretty Polly y Sunset to dawn aportaron el lado más celta, con ese violín tocado de manera bestial por Travis Good, aquellas composiciones que hicieron para una serie de televisión (The neighbors dog).De las versiones capté varias, de Elvis ese Loved on look, a la que el público respondimos con un Sup, sup, sup, cantando junto a ellos, también la adaptación del tema del dúo de los 60 The Louvin Brothers, There's a higher power. En una serie de enlazadas siguieron Casting my spell on you y la gran versionaca para mi de la noche, A house is not a motel de mis adorados Love, momento que viví de manera gloriosa, porque la interpretación fue antológica, de hecho creo que me elevé por encima de mi mismo.Decir que el sonido fue muy bueno, la iluminación y los humos (excesivos) no tanto, para una sala que esperemos acoja más eventos de este calibre.Agradezco las pistas sobre los temas más antiguos de la banda de 61 & 49, para la confección del tracklist.
En definitiva, una banda que no deben de perderse allá por dónde vayan (queda media gira por España, si no me equivoco, hoy en Valencia, Granada, Huelva, Santander, Gijón, Vigo y La Coruña). Os dejo con dos vídeos, primero uno con la parte más folk-celta con los temas Pretty Polly y Sunset to Dawn, interpretadas en 2013.
Y por otro lado el Cut Corners de su anterior disco Dark Circles.