A pesar de no haber dormido ni una sola noche más de tres horas seguidas ha sido uno de los mejores años de mi vida. En mi entorno no era habitual. La inercia nos empuja a ponernos a trabajar a los 5 meses de dar a luz a nuestro bebé. Y esa inercia me hizo tener que justificar bastantes veces mi decisión. Escuchaba "¿Ah si?¿y eso?". Y a mi me parecía que quedarme con mi bebé era lo más natural del mundo. Me daba rabia sentirme cuestionada y a la vez escuchar continuamente la palabra "conciliación". Y mientras explicaba por qué quería estar sin trabajar un tiempo pensaba que mientras como sociedad no cambiemos la mirada hacia el tiempo dedicado en exclusiva a la crianza, no va a existir una conciliación real.
Proliferan las extraescolares para niños cada vez más pequeños (incluso para bebés), empresas que los recogen del cole y los "cuidan" hasta que los padres llegan de trabajar, se amplian las jornadas escolares por la mañana y por la tarde y se reducen las vacaciones de los más pequeños. Eso no es conciliación. Conciliación es que los horarios laborales y vacaciones estén organizadas de tal manera que uno de los progenitores pueda estar con los hijos la mayor parte del tiempo. Pero para eso, en las conversaciones de la calle debe haber una indignación hacia las empresas y organismos que nos dan trabajo por tener jornadas partidas que acaban demasiado tarde o poco flexibles para adaptarlas a los horarios escolares, por dificultar la asistencia a reuniones en los colegios o dar pocas opciones ante la necesidad de quedarse en casa con un hijo enfermo. Que haya colonias urbanas en los colegios durante los meses de julio y agosto es un parche que nos va ayudando mientras esperamos una solución, pero no es en absoluto una medida conciliadora ni la mejor opción para nuestros hijos.
Cuando han llamado alguna vez a mi excedencia "año sabático" o me han dicho directamente que puedo aprovechar para estudiar algo, pienso que la conciliación está muy lejos. Porque para que se implanten más jornadas laborales cotinuadas, más horarios flexibles, más teletrabajo,...; primero tenemos que ser conscientes de que criar/educar a un niño es un trabajo altamente determinante para las personas (y futuros trabajadores) y totalmente absorbente y agotador para el que lo lleva a cabo.
No puedo terminar sin rozar la parte económica de la conciliación. En mi opinión una de las medidas más importantes que facilitarían la conciliación real sería la implantación de una jornada continuada en la mayor parte de los trabajos y la flexibilidad para distribuír las horas de trabajo a lo largo del día cuando sea posible. Pero mientras esto va haciéndose de forma generalizada, la conciliación va unida a una renuncia económica por parte de los trabajadores. Es cierto que en algunos casos es imposible estar algunos meses sin cobrar un sueldo o sacrificar la parte correspondiente a una reducción de jornada. Pero también creo que debemos revisar el modelo de consumo que estamos alimentando como sociedad. Se ha avanzado mucho en la reutilización de productos y la compra-venta de segundamano se empieza a normalizar. Pero aún así, por poner un ejemplo, ¿nadie más piensa cuando va a un centro comercial quién compra tantísima ropa cada temprada? ¿Podemos hacer un consumo más racional?