Hablo con un buen amigo. Ostenta una posición de responsabilidad y gestiona un equipo de unas 4o personas. Lo citan esta semana a una reunión sus superiores junto a otros responsables comerciales. Entre otras lindezas se oye “….si no hay más ventas, la mitad del equipo a la calle, y dad gracias que sois unos privilegiados”.
Hablo con otra conocida. Es mujer. Ostenta una posición de responsabilidad media. Gestiona un equipo de 10 personas. Me comenta que vive en permanente dualidad. Por un lado asiste a reuniones de formación a la que han incorporado como “High Potential” de la compañía y le hablan del valor intínseco de la Conciliación y cómo debe esforzarse en que su equipo así la viva. Por otro lado, me sigue contando, que de un tiempo a esta parte, asiste a reuniones de seguimiento maratonianas y no regresa a casa antes de las 20 horas. Tiene 2 hijos.
Son dos ejemplos de esta semana, que como muchos otros por desgracia, dan mucho que pensar. Ilustran muy a las claras que el problema en este pais, más allá del agobiante problema financiero, se encuentra en la estructura de valores. Resulta que aquí la RSC, la Conciliación, el Liderazgo, la Motivación de equipos, etc, etc, etc, han sido conceptos que en época de crecimiento y en según que organizaciones, quedaba mal no incluir dentro del plan estratégico…pero ¿había realmente una convicción hacia ellos?, ¿resultará que ahora, en época de “vacas flacas”, volvemos a comportamientos de management que parecían desterrados de la organización? Amenazas, presión sin control, fábulas, ¿creemos que es ésta la fórmula para superar la crisis?
Es estremecedor y lo grave es que no son casos atípicos. No sería más lógico en estos momentos, hablar claro a la gente, decirles por ejemplo..” señores, tenemos xx problemas, la compañía tiene xxxx situación, el mercado está xxxxx, pero creemos en ustedes porque son lo más importante que tenemos y todos juntos saldremos adelante y superaremos esta situación…” ¿alguien hoy en su sano juicio, no entendería un mensaje como esté, no sería más gratificante.
Si esto era una moda, apaga y vámonos. Vamos mal. Porque la moda es puro escaparate y es pasajera. Alberto Trallero - Optima Management