Pablo González (foto de su web)
Viernes 5 de marzo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto de abono nº 9 de la OSPA, Pablo González, director. Obras de R. Strauss y D. Shostakovich.
No había que ser adivino para saber que si juntamos una orquesta en estado de gracia, dos obras que permiten seguir apostando por ella, y un director que domina este repertorio, el resultado iba a ser excelente.
El Petrogrado Revolucionario (Moderato-Allegro) comienza con los contrabajos, reforzados como el resto de la orquesta para el programa de hoy, serenos en su caminar hacia "el espíritu enérgico de la revolución que Shostakovich reproduce de forma fiel". De nuevo volveremos a escuchar en cada movimiento ese tema recurrente, persistente, trabajado de forma primorosa por el ruso e inteligentemente subrayado desde el podio por nuestro director de orquesta más internacional. El Rasliw (Allegro-Adagio) nos mostró una percusión ideal en cuanto a dinámicas, precisión, tempi, y empaste (llegando a pensar que hasta el triángulo estaba afinado,) y de nuevo la cuerda con unos pizzicatos que sonaron "todos a uno" para ese ataque militar que las trompas hicieron aún más marcial si cabe. El breve pero intenso Aurora (Allegro) nos lleva rítmicamente medido hacia la batalla final con una masa sonora tan compacta pese a los pasajes estridentes que cuanto más escucho esta orquesta nuestra más orgulloso me siento de ella, máxime con una dirección de capitan general sabedor de la victoria final que nos prepararon las trompetas. El Amanecer de la Humanidad (Allegro-Allegretto) es la victoria tras el trabajo bien hecho, cada tema desfila por nuestros oídos en una "avalancha sonora" encabezada por la madera sonando como un solo tronco, y esta vez con un clímax obsesivo sin llegar al paroxismo, auténtico paralelismo entre la celebración del pueblo de la victoria de Lenin y la algarabía musical por el triunfo musical de lo interpretado, buscando ironizar sobre la ironía de Shostakovich en el sentido de homenajear a la orquesta (y no al pueblo) pero acercando el protagonismo a González (en vez de alejar a Lenin del mismo).
La salida temprana propició los comentarios a la puerta, los saludos a muchos músicos amigos y amigos músicos disfrutando el regusto que lo bueno deja en nosotros. Aún queda temporada por delante, pero el listón está muy alto y este batallón necesita mando en plaza.