Tendemos a pensar que corremos más riesgos cuando viajamos en avión o cuando podamos las tuyas del jardín desde el último peldaño de la escalera. Sin embargo, el peligro nos acecha en el lugar más inesperado, por ejemplo, mientras paseamos tranquilos y confiados por cualquier calle conocida de nuestra ciudad.
Tomé esta foto desde la ventana del hotel en Vilnius.