Si nos paramos a pensar este término parece que no tiene ningún sentido, o que es otra falacia de la denominada new age.
Sin embargo, con la experiencia e ir dejando de pensar tanto y sentir más. Uno cae en la cuenta de que la conexión entre todos existe.
Lo que hagamos o digamos afecta, por lo menos, a las personas de nuestro entorno. A pesar de que algunos se protegen y parecen no afectarles, lo cierto es que deja huella... Aunque no lo queramos ver.
Por esto y porque hoy soy consciente, quiero dar las gracias a todos aquellos que me han hecho sentir diferentes emociones en cada momento vivido.
Siempre me gusta recordar que lo que nos agita por dentro, o sea, lo que nos saca de nuestra paz interior o bienestar, es precisamente lo que tenemos que mejorar.
Por eso, cualquier persona puede ser nuestro "maestro"... Enseñamos y nos enseñan a trabajar las emociones que nos perturban. ¿Para qué? Para volver a recuperar al estado natural que se supone a todos nos gusta... La paz mental e interior.