Conectar y conectarse (ii)

Por Mbbp

Sigue…

Como te comentaba, alguien me dijo hace un tiempo que yo tenía el don de conectar con el Alma de los demás! Y, aunque siempre lo he sentido así, esa afirmación me dio que pensar en cómo vivo ahora mi vida y me conecto conmisgomismo y con los demás. Es verdad, siempre que trato a alguien -y más, si cabe, si la amo-, conecto con su Alma y veo más allá de lo que ven mis ojos… y lamentablemente muchas veces también antes que los suyos! Conectar con el Alma da una fortaleza y una certeza envidiables, no obstante exije valentía vivir de acuerdo a ella y manifestarla si pudor, como lo es acoger con responsabilidad el Alma ajena cuando se muestra, lo que no siempre es fácil en este mundo en que vivimos!

La verdad es que hoy no entiendo mi vida sin estar conectado con mi Alma y, por extensión, no entiendo el amor o la vida sin ella, como no compartirla con quien me encuentro! Para mi eso es el amor verdadero, más allá de ese otro amor trivial que muchos otros sienten, buscan y, aparentemente, comparten! Y ahora me doy cuenta de que no sé amar de otra manera! Porque el amor es una manera de vivir y conectarse con todos y todo lo que nos rodea, no hay más! Como suelo decir, o hay miedo o hay amor!

Pero, como comentaba y entre nosotros, a veces llego al Alma antes que la propia persona lo haga! Y eso hace que lo que siento y lo que vivo en mi amor no siempre se correponden interior y exteriormente! Supongo que la felicidad total -si existe- es integrar ambas y compartirlas! Hay personas que no saben o no se atreven a vivir desde el Alma, como yo lo hago… y otras, simplemente no lo manifiestan! Y eso a veces es fruto de sufrimiento al no aceptar esa realidad y no respetar el tiempo que la vida muchas veces impone! Pero debemos respetar la vida del otro, su manera de amar y el tempo en su vida, para que logre descubrirlos y decida o no vivir compartiendo lo que es y tiene dentro! Aunque esa es harina de otro costal…

En cualquier caso, como te decía, cualquier encuentro personal es una oportunidad de amar y para definir qué deseamos compartir y con quién hacerlo! Estamos acostumbrados a tener encuentros -fortuitos- personales, familiares, sociales, profesionales y, demasiadas veces, no les damos la importancia que tienen. Supongo que por mal hábito -o por pura precaución o miedo- solo nos mostramos superficialmente, sin ser, sentir, pensar y decir lo que realmente somos, sentimos y pensamos. Es como si tuviésemos un protocolo social y aparente para protegernos de los demás y aparentar todo eso que no somos! Ni que decir tiene que, con el tiempo, el protocolo desaparece y surge la personalidad tal cual es, cuyo efecto es devastador en muchas de las relaciones de cualquier tipo que emprendemos. Pero, además, en cada encuentro, estamos perdiendo la singular e irrepetible oportunidad de conectar de verdad con cada persona y aprovechar la ocasión para aprender y compartir lo que en realidad somos, sentimos y vivimos!

Seguirá…

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