Conejo en pepitoria... que empezó siendo otra cosa.... para 32º Desafío en la cocina

Por Luz Hernando Rubio

¡¡Buen lunes a todos!! ¿qué tal se presenta la semana?... La mía cargada a más no poder, muchos planes, gestiones, decisiones jejeje... en fin, lo que viene siendo mi rutina últimamente... frenética pero fenomenal!! Con lo que me gusta a mí el jaleo!! Jejeje...
En fin, hoy comenzamos con el pie derecho, con semana nueva y ya oliéndose la primavera... ya sé que estoy muy pesada con eso de la primavera... pero parece que cuanto mayor me hago más duro se me hace el invierno... y sobre todo... ¡¡la falta de luz!! Los que trabajáis entre 4 paredes seguro que lo entendéis... vivir como los murciélagos es angustioso!!Así que es una gozada salir por la mañana con el sol ya calentando y volver tranquilamente por la tarde... cuando áun quedan varias horas de luz y por tanto de día... jejeje... ya sabéis, todo muy psicológico, pero a mí me vale, jejeje...
A mí me pasa, además, como a los demás mamíferos... en invierno me pongo a hibernar... planes en casa, tardes de libro y manta, salidas a cenar o tardes de cine... pero empieza a verse el sol y lo mío es salir a fotosintetizar como una planta... ¡¡me paso el día en la calle!! Es una gozada... pasamos a los planes de ferias, mercadillos y visitas a jardines, de días en el campo (aunque sea la Casa de Campo, jejeje), de barbacoas urbanas, de terracitas y paseos por la ciudad ummmm.... ¡¡eso ya es otra cosa!! ¿verdad?
Bueno, como os contaba me he levantado con mi pie derecho, jejeje... y aquí estoy dispuesta a comerme el mundo, que el conejo que veis y que hoy os enseño a preparar ya nos lo comimos la semana pasada, jejeje...
Sip, conejo... ummm... ya sé que es una carne un tanto desconocida, que pasa desapercibida y que o conoces y comes muchísimo o puede ser que no hayas comido en tu vida...
Yo me he quedado en un camino intermedio, jejeje... os diré que durante los años que vivimos en Segovia mi padre lo preparaba a menudo... al ajillo y con tomate es como más lo recuerdo... y nos gustaba, la verdad... es como el pollo... su carne no sabe mucho, la textura es la misma que la del pollo aunque un poco más prieta y dura y lo malo, en mi opinión, es que al ser un animal pequeñito cunde poco y al final te quedas rebañando los huesos porque te has quedado con hambre, jejeje...
Os reconozco que una vez emancipadas Almu y yo desterramos de nuestras comidas productos como el conejo, la chuleta de Sajonia o las salchichas frescas de esas de carnicero... así, tal cuál, creo que ni lo discutimos ni  nada, sencillamente no comprábamos y desde hace más de 10 años no había vuelto a comer conejo, la verdad.
Porque tampoco es algo que pido cuando voy a un restoran... o que me llame la atención si lo veo de oferta en el súper... a pesar de saber que su carne es rica, que dietéticamente es muy sano, por no tener prácticamente grasa y por ser una carne blanca.
Así que, cuando las hermanas Camilmi propusieron, para el reto de Desafío en la Cocina, que preparásemos conejo al principio entré en pánico... tipo Masterchef cuando levantan las campanas y veis lo que hay debajo.. yo siempre me pregunto ¿cómo pueden decidir tan rápidamente lo que van a cocinar?... Yo cuando leí lo del conejo quedé en choc, lo reconozco.
Luego me espabilé, busque recetas en la red y encontré una receta de conejo al ajillo sin ser conejo al ajillo, no, era conejo en ajo cabañíl... receta de María José, que después preparó Carlos y con su receta me quedé....
El problema es que el día que preparé el conejo me pilló cansada, ya en la cocina sin ánimo de volverme a conectar a la red para apuntar las cantidades de los ingredientes... así que, con lo que me acordaba de pasada me puse a preparar el conejo, que por lo demás era sencillísimo... se trataba de hacer un ajillo, saltear el conejo en él, desglasarlo con vino blanco y según Carlos un poco de vinagre... y luego añadirle un picadillo de pan, ajo y perejil.... ¡¡no era para tanto!!.
Bien... pues todo iba sobre ruedas hasta que calculé mal la proporción de vino/vinagre con lo que al añadirlo a la cazuela la nube radioactiva de vinagre casi me echa de la cocina!!! Os juro que dejé que se consumiera todo lo que pude, pero claro!! el sabor se hizo más fuerte y cuando fui a probar la salsa eso sabía a vinagre que echaba para atrás!!!
En un momento de angustia propio, de nuevo y perdona que me repita, de cualquier concursante de Master chef, me dediqué a pensar cómo corregir ese pestuncio... o al menos disimularlo... pues lo que hice fue transformar mi picadillo de ajo, pan y perejil, en una salsa pepitoria... añadiendo almendras crudas y azafrán y rebajando todo con 2 buenos vasos de agua...
Os diré... salvé la receta y al pobre conejo, jejeje... y aunque había un ligero sabor a je ne sais quoi... al menos no sabía sólo a vinagre!!!!
En fin, os voy a dejar con mi receta del conejo en pepitoria, un plato riquísimo, por otra parte, pero que como siempre en cocina me enseña que uno no se puede fiar, que por muy ducho que seas y muy fácil la elaboración, la puedes fastidiar como el que más... ahí es cuando demuestras lo inventivo o ducho que eres... intentando reconvertir en vez de echarlo todo por el fregadero.
Receta de conejo en pepitoria.

Ingredientes para 2 personas:
- 1 bandeja de conejo troceado.
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 4 dientes de ajo.
- 2 hojas de laurel.
- 1 vaso de vino blanco.
- Unas ramitas de perejíl fresco.
- 6 almendras crudas.
- Un trozo de pan duro, o un cuscurro de pan... o una rebanada tostada de pan de molde, lo que tengáis a mano.
- 1/2 cucharadita de hebras de azafrán.
- 1 yema de huevo cocido (que yo no le puse por las prisas, pero que en la pepitoria lleva y queda muy rico).
- 2 vasos de agua.
- Sal y pimienta.
Modo de hacerlo:
1. Comenzamos limpiando y secando bien los trozos de pollo, los salpimentamos y reservamos.
2. A continuación pelamos y laminamos dos de los cuatro ajos.
3. Colocamos una cazuela a fuego mediano, añadimos las cucharadas de aceite y dejamos que éste se caliente.
4. Una vez caliente añadimos los ajos en láminas y dejamos que cojan color, sin quemarse ni ennegrecer o amargarían todo el plato.
5. Una vez dorados los ajos añadimos el conejo y las hojas de laurel, y dejamos que el conejo se fría y cocine hasta tener también color.
6. En ese momento desglasamos con el vaso de vino, dejamos que éste reduzca y se evapore el alcohol.
7. Mientras, en el vaso de la batidora añadimos los otros dos dientes de ajo, las ramitas de perejil, las almendras, el azafrán, la yema de huevo, el trozo de pan y 1 vaso de agua.
8. Trituramos muy bien y añadimos al guiso, removiendo éste bien para que el picadillo éste se distribuya bien.
9. Dejamos que rompa a hervir, en ese momento probamos de sabor, por si hubiera que corregir de sal, añadimos otro vaso de agua y dejamos que el guiso haga chup-chup durante 40-60 minutos, hasta que pinchéis el conejo y éste esté tierno.
A mí me encanta acompañarlo con patatas fritas, o patatas dado... algo que luego se empape con la salsa... ummmm!!! Podéis decorarlo con un poco de perejil fresco picado y listo!! Aunque mejor de un día para otro, como todos estos platos de guisos, que ganan con el reposo para asentar y amalgamar los sabores, pero si andáis con prisas recién hecho se come tan a gusto, jejeje...
¿Qué os ha parecido mi receta de conejo que empezó siendo una cosa y acabó siendo otra? Jjejejeje... estoy convencida de que es así como nacieron grandes recetas de la gastronomía... con errores tontos que luego no lo fueron en absoluto, jejeje... así que lo que yo recomiendo siempre cuando la gente me dice que la cocina no le gusta porque no le salen las recetas... aunque el resultado no sea el mismo, puede que termine siendo algo incluso mejor!!!
Así que a no desanimarse!!
Un besazo a todos y feliz comienzo de semana!!! Yo me voy de cabeza a apuntar ideas para nuevas recetas con conejo... a ver qué han preparado mis compañeros!!.
Luz.