Últimamente he estado viajando, mi último destino fue Londres, gran ciudad, la Nueva York de Europa, llena de museos y sitios que visitar. Londres tiene de todo. Si quieres ir a un museo, vas, los hay gratis e impresionantes. Si quieres comprar, compras, hay rebajas en muchas tiendas. Cuando yo fui había 70% en muchos artículos, lo que luego te fijas en la etiqueta y esas rebajas dejan mucho que desear . Esto solo es una pincelada de lo que vi y observé en el tema consumismo, que aunque es una ciudad cara en este sentido, la oferta cultural que ofrece al mundo es de una gran riqueza.
Aquí voy a hablar de los móviles. Es bien sabido que los móviles han revolucionado el mundo. Gracias a ellos podemos encontrar rápidamente un lugar, guiarnos con el GPS y contactar en fracciones de segundo por mensaje o llamada con cualquier persona. Hablamos de conexión, pero ¿qué tipo de conexión? si lo enfocamos desde esta perspectiva es aceptable, pero que me decís si os digo que, mientras estaba sentada tomándome un té en un café Pret a Manger, observé que la mayoría de la gente que había allí estaban absortos en sus móviles, me di cuenta que algunos, incluso estando con gente, estaban jugando a videojuegos, otros hablando con otras personas a través del celular… etc y lo mismo ocurría con el acompañante. Y yo me pregunto… ¿cuándo quedas con un amigo o conocido? ¿Por qué motivo quedas? para saber de él, para contarle tus penas, alegrías, para verle o para estar frente a él sin ni siquiera mirarlo con el móvil frente a tus ojos.
Mientras iba en metro o en bus e incluso caminando por la calle encontraba muchas personas mirando el móvil y para mis adentros pensaba ¿mirarán por dónde pisan? Yo casi que no puedo hacer tantas cosas a la vez. Desde mi perspectiva, vivo en una isla pequeña, donde también pasa lo mismo, no tanto pero también pasa, creo que el ser humano habla de conexión cuando realmente estamos desconectados. ¿Qué opináis? La conexión real o la virtual. ¿Qué es lo que prima en la sociedad? Hagamos una retrospectiva. Antes, hablo de hace unos años, no tantos, cuando nos enviábamos e-mail o cartas y teníamos que utilizar el teléfono fijo para encontrarnos, valorábamos más el tiempo disponible, hoy en día el tiempo pasa y no nos damos ni cuenta. Y sí, el tiempo es oro. ¿No creéis?
Cuando compartimos nuestro tiempo con otra persona, le estamos regalando una parte de nuestra vida, nuestra atención, escucha. Estamos conectando a un nivel personal y eso es muy valorable. Triste es observar que ese valor parece que se esta perdiendo. Podemos hablar de política, de amor, de cine, de fútbol, de lo que hemos desayunado, del calentamiento global, hay muchos temas , pero seguimos mirando el móvil y lo curioso es que no mediamos palabra en rato, ni siquiera compartimos lo que estamos viendo o leyendo en ese momento. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Qué nos ha pasado? Desde aquí invito a tomar conciencia y reflexionar sobre este tema.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Estamos realmente conectados?