Confesiones de un joven novelista, de Umberto Eco

Publicado el 16 septiembre 2011 por Gfg
Siempre he pensado que Umberto Eco era un hombre inteligente, demasido inteligente para ser un buen novelista. Ahora sé que también es listo. Y en este caso tampoco es una virtud. Porque Confesiones de un joven novelista es un refrito de pensamientos y textos reunidos para complacer a sus lectores incondicionales. Y eso no está bien. De hecho Tabarovsky le hubiera puesto ante el paredón literario con toda seguridad. 
En cualquier caso, la reflexión no empieza mal con ese juego relativo a su edad como escritor de ficción. "...empecé mi carrera como novelista hace cosa de treinta años. Me considero, por lo tanto, un novelista muy joven y ciertamente prometedor...". Y es cierto, Eco publicó su primera novela El nombre de la rosa con 48 años, cuando ya era un famoso semiólogo.
Además, continúa de forma interesante desbrozando con ironía y perspicacia su concepto de escritura y derivando hacia los diferentes estadios de la creación como la inspiración, la construcción del mundo ficticio, las restricciones literarias o las dobles codificaciones. Después avanza con buenos resultados hacia otros terrenos como la interpretación de los textos. De hecho alcanza cotas interesantes cuando analiza la parte dedicada a los personajes de ficción y "su capacidad para hacer llorar a la gente" porque "no consideramos mentiras las afirmaciones de ficción". Y lo hace de una forma ingeniosa como cuando dice que "en general, los lectores aceptan como irrefutable la idea de que Ana Karenina se suicidó". 
Es a partir de esa parte, cuando Eco pone el  punto muerto y deja llevar sus confesiones/ensayo por una senda mucho más cómoda dedicando cerca de 80 pági ~ados, a todo tipo de listados literarios, lo cual sin duda tiene su interés, pero parece excesivo. Y lo explica así "el gusto por las listas de libros han fascinado a muchos escritores". Y sigue "hacen listas o bien cuando el conjunto de elementos del que se ocupan es tan extenso que escapa a su capacidad de dominarlo, o bien cuando se enamoran del sonido...". Añadiría que también cuando quieren alargar un libro de manera artificial.
El ingenio de Eco se demuestra a lo largo de sus confesiones, no así el trabajo que en gran medida se ha realizado para aprovechar el tirón de su última novela y satisfacer una demanda editorial.
Confesiones de un joven novelista
Umberto Eco
Editorial Lumen
Págs. 205