"El último dia de clase, una profesora se despide de los alumnos con el anuncio de que deja la escuela, pero añadiendo una confesión: que su hija de cuatro años, fallecida recientemente, ahogada en la piscina de la escuela, fue en realidad asesinada por dos de los estudiantes de esa misma clase, y añade que ya ha puesto en marcha su venganza contra ellos."
Y si no, miren Confesiones y díganme que piensan. Hasta el momento, clases problemáticas hubo y habrá siempre, pero año tras año, nos enteramos de masacres como la de Columbine y similares, violencia hacia los maestros y de pronto, uno piensa que escenarios como el planteado en Battle Royale suena más y más realista.
Confesiones me engaño desde el principio. Con esa sinopsis y sin ver ningún trailer ni ningún avance ni nada, pensé que estaba ante otra película de horror japonesa y resulta que descubrí un drama espectacular, al que hay que tomarlo por las astas y diseccionarlo correcta y pausadamente para comprenderlo del todo...
Tras la revelación final que cierran estos maravillosos 30 minutos iniciales, se abre paso la historia a partir de la visión de tres de los alumnos, de la madre de uno de ellos, y del profesor sustituto, todas encadenadas a partir de esta 'confesión' dentro del aula. El resto de la película se encarga de desarrollar varias ópticas, y todos los personaje quedan en una posición incómoda para el espectador: ¿hasta que punto se es víctima o se es victimario? Cada uno podrá armar su historia y decidir hasta qué punto es tal o cual personaje culpable o no, pero no zafa nadie del escrutinio.
He sabido que varios no han podido con el argumento, y se han cansado a mitad de camino. el primer acto puede ser terriblemente soporífero, pero lo encontré refrescantemente amenazante, y casi casi un monólogo por parte de Takaku Matsu, que es para alabar de rodillas. Hasta el final de la película hay varios giros y sorpresas que le van redondeando la idea de esta visión japonesa particular de 'Crimen y Castigo', como bien menciona un personaje.
El otro punto clave es el estilo de la película. Visualmente, un drama no luce así de hermoso, pero acá lo hace. Aunque se abusen un poco de la cámara lenta, el director Tetsuya Nakashima sabe lo que hace y muchas de las secuencias de su film están hiperestilizadas y todo transcurre como si fuese un sueño, un plano onírico sin desplazar a la realidad (una de las últimas escenas de la película trasciende este plano, pero estéticamente, queda lindísimo) Lo loco también es reconocer insurgentes temas melódicos en inglés de bandas como Radiohead, por ejemplo; es algo que no me lo esperaba en absoluto y le da este toque estilístico muy importante a la película. Le da carácter, y potencia.
Sí era un poco raro el uso excesivo de la sangre. Tal vez para dar un contexto más violento y más veracidad a la moreleja que se quiere presentar, pero no deja de ser curioso que se vea tanta hemoglobina expuesta en una película de este estilo.
Calificación: A-