"... De lo que más me avergüenzo en cuantos a mis gustos cinematográficos se refiere, es que lloro frente a películas sentimentales y convencionales que desprecio. Y no suelto unas poquitas lágrimas y ya. No: chillo a tal grado que distraigo a la gente que tengo alrededor en el cine.
Una vez lloré con un comercial de General Electric en el que las imágenes de una granja idílica y una reunión familiar eran usadas para celebrar los logros de una rapaz corporación multinacional.
Si tuviera que elegir una película que mejor ilustra este comportamiento mío, creo que ésta sería La Sociedad de los Poetas Muertos. De hecho, no es un mal filme, para nada: si quieres que alguien manipule tus emociones, no hay nadie mejor que Peter Weir. Además, la cinta tiene un buen reparto, un buen ritmo y los diálogos son espléndidos. Pero, bueno, es una película "de Robin Williams" y no sólo eso: es una película con Robin Williams interpretando a un Maestro "Inspiracional" de Preparatoria.
Después de años de haber despreciado esta película sin haberla visto, finalmente me senté a revisarla. Y me gustó... Empecé a llorar desde el inicio y lloré más después, Mucho más, de hecho, que con mis películas favoritas. Incluso, lloré más que con sucesos traumáticos que me han pasado en la vida real. Y no me pidan que explique por qué".
Mary Harron, directora de Psicópata Americano (2000), en entrevista en Film Comment, mayo-junio 2ooo, página 8.