"No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo"Colosenses 2:8
Cada año, el 31 de diciembre siempre escribo una carta con las resoluciones, metas y propósitos para el año siguiente, pero entro en pánico cuando se acaba el año y la leo, claramente veo que mas de la mitad de las cosas escritas ahí no se cumplieron y una cantidad de sentimientos invaden mi mente, tristeza, desilusión, sentimientos como fracaso, negligencia, incapacidad suelen cruzarse por mi mente. (Creo que saben a que me refiero)
Este año particularmente tenía un poco de angustia y no quería leer mi carta y a diferencia de los otros años no escribí mi carta el día 31, tenía la mente en blanco creo que no era necesario leer la carta para empezar a sentirme frustrada, no quería volver a escribir una cantidad de cosas que sabía que no se cumplirían, sin embargo termine escribiendo mi carta el 3 de enero creo, por que sentía que no podía iniciar el año sin haber escrito algo.
He estado orando mucho por que empiezo a sentir con cada cambio de año que soy incapaz de cumplir lo que me propongo, y no solo como una resolución de año nuevo, este pensamiento ha empezado a invadir cada instante de mis días.
Dios en su infinita misericordia me ha revelado algunas cosas en estas últimas semanas que quiero compartir hoy con ustedes y que espero ministren y hablen a su corazón así como lo ha hecho en el mío.
Primero que todo quisiera que leyeran el versículo que abre este post Colosenses 2:8, al leer este versículo solo pude pensar en que escribir resoluciones de año nuevo es una costumbre que pertenece a un sistema de creencias en el cual vivimos, no constituye nada fundamental en el desarrollo de nuestras vidas, simplemente nos permite organizarnos y sentirnos dueños y señores de nuestras vidas. AUTOSUFICIENTES.
Revisando mis cartas siempre hay una parte donde agradezco a Dios por todo lo vivido el año que pasa, una parte donde me comprometo con Dios a realizar algunos cambios en mi vida y otra parte donde escribo metas a alcanzar, pero lo más curioso de todo es que encontré como común denominador palabras como: Quiero, necesito, debo, deseo... Deseos de mi corazón, cosas que YO quiero lograr o mejorar en fin, ustedes se preguntarán y eso que tiene es obvio que me refiera a mi cuando hago resoluciones que tienen que ver con mi vida.
El problema aquí, o bueno los problemas aquí son varios, veamos.
Mateo 6:21 dice: "Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón"
Claramente comprendí el primer problema, mi tesoro no era otra cosa que las cosas de este mundo, ¿tal vez cosas materiales, tal vez hábitos que me hicieran sentir mejor conmigo misma, tal vez buscar agradar a personas o adquirir posiciones?
Queridas amigas ¡nuestro tesoro debe ser Cristo! al ser Cristo nuestro tesoro los deseos de nuestro corazón estarían guiados por Él, nuestras resoluciones de año nuevo estarían dirigidas únicamente hacía Cristo, y si reviso mis cartas nuevamente, los deseos que tiene que ver con Cristo estaban después del numeral cuarto, evidentemente había encontrado una respuesta a mi sentimiento de fracaso por que al ser hijas de Dios, no importa cuál sea nuestra meta, la meta de Dios sobre nuestras vidas es la que triunfará.
Jeremías 29:11 dice: "Pues yo sé los planes que tengo para ustedes -dice el Señor-. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza"
Dios conoce los anhelos de tu corazón y sabe lo que quieres, pero también sabe que es bueno para ti, que te conviene y que no, y esto es algo que nosotras definitivamente no sabemos, creemos saberlo pero no es así nadie nos conoce mejor que nuestro creador solo Dios sabe que planes tiene para ti y es soberano para decidir sobre tu vida año tras año, así nosotras no entendamos el por que de las cosas.
Recuerda esto: La voluntad de Dios es el lugar más seguro
Con esta reflexión llegamos al segundo problema: No soy autosuficiente, yo sola no puedo, si saco a Dios de la ecuación de resoluciones de año nuevo siempre me sentiré frustrada, cansada, sin ánimos de seguir (tal cual como yo me sentía hace unas semanas)
Cuando nos sentimos autosuficientes, dejamos de buscar la ayuda de Dios, cuando confiamos en nuestras fuerzas, Dios deja de ser nuestra prioridad.
Una vida completamente planificada, estructurada y controlada por mi y por mis emociones, es la muerte.
Necesitamos tener una vida completamente dependiente de Jesus, necesitamos que sea Él quién guíe mis pasos y mi toma de desiciones. (y mis resoluciones de año nuevo)
CONFÍA EN TU SALVADOR Y NO EN UNA RESOLUCIÓN
A menudo nuestras resoluciones se enfocan en nuestro corazón, en la sombra, logros físicos por ejemplo, pero la sustancia es confiar en tu salvador no en un sistema, si estoy con Cristo he muerto a este mundo entonces ¿por que me someto a la manera del mundo de hacer las cosas y a su sistema como si todavía yo perteneciera a el?
No quiero decir que escribir resoluciones de año nuevo este mal, para nada! Quiero decir que al escribir nuestras resoluciones debemos estar bajo la guía absoluta de nuestro Dios, nuestra prioridad debe ser Jesucristo, nuestro deseo año tras año debe ser Él, no necesitamos un sistema de autoayuda año tras año, no necesitamos un sistema de reforma por que ya hemos sido reformadas, no necesitamos empezar cada año de ceros por que Él ya nos ha reformado, ya hemos iniciado un camino junto con Cristo, debemos avanzar tomadas de su mano, nuestra victoria y nuestro éxito es Él y no una lista de tareas o hábitos que dejar o que alcanzar.
Descubrí que la queja y el enojo que sentía era por que me creía autosuficiente atesorando en mi corazón cosas de este mundo.
Quiero decirles algo más ya para concluir este post.
Ayer domingo 14 de enero de 2018, Natan Bramsen nos visitó en nuestra iglesia local, él es un misionero que trabaja en África, y tuvimos la bendición de escuchar ayer su enseñanza y quiero decirles que fue la cereza del pastel, el broche de oro, el pico del merengue, fue la confirmación de Dios ante mi "crisis de fin año" Dios había estado hablando a mi corazón en estas semanas pero ayer sentí que "me explicaba con plastilina" y quiero decirles por que.
Natan nos decía que cuando nuestros sentimientos son nuestra guía en vez de nuestra fe, cambiaremos nuestra intimidad con Dios por la idolatría, empezaremos a generar ídolos en nuestras vidas para poder sentirnos dioses, para sentir que tenemos el control, si basamos nuestra mirada en lo que vemos seremos una fabrica de ídolos y estaremos abriendo puertas para que el diablo tome lo que Dios quiere para crear en nosotros algo totalmente en contra de lo que Dios quiere.
Me quedo corta con el anterior resumen de todo lo que Dios habló a mi corazón ayer por medio de Natan, pero les comparto un poco para que revisemos que esta tomando el control de nuestras vidas, y nos preguntemos ¿en donde esta mi tesoro?, ¿me creo autosuficiente?, ¿cuales son mis prioridades, o mis ídolos a la hora de escribir mis resoluciones?, ¿son mis deseos los deseos de Dios?
Recuerda algo, en Filipenses 1:6 leemos: "Y estoy seguro de que Dios, quién comenzó la buena en obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesus vuelva"
Estoy convencida que tengo que empezar hacer cambios en mi vida, y se que esos cambios no serán fáciles y sé que serán dolorosos, pero de algo si estoy segura es que amo a Dios por encima de todo y estoy dispuesta a todo por darle el primer lugar en mi vida, que esa sea mi resolución para este año.
Bendiciones y feliz semana!