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uego de 10 largos años de sufrimiento, Donna Wattsfalleció repentinamente un 31 de diciembre. Quizás se pregunté cómo puedo usarel término “repentino” para describir una muerte que luchó por tanto tiempo.Mi mamá padeció varias dolencias durante una década,pero ninguna fue tan grave como para llevarla a su tumba.
Hicimos todo lo que conocíamos durante esos tediososaños: Oramos, confesamos, pedimos perdón a Dios y a quienes les hicimos daño,pedimos sanidad de cualquier raíz de amargura en nuestro ser… cualquier cosaque traería salud. Pero no resultó como lo pensé.
Escuché varios comentarios de otros cristianos sobrequé sería un remedio para la situación: desde suplementos nutricionales aclamar el poder de Dios sobre su vida. Créame, al ver un dolor constante, ustedhace lo que sea por ayudarle. Acompañe a mi madre en sus pruebas de todocorazón… Las cosas empeoraron.
Entiendo que es la guerra espiritual, y a veces sientoque estoy en medio de ella. Cuando recibí la noticia a las 10pm esa noche,tenía miedo, pero al mismo tiempo ya estaba acostumbrada a recibir llamadas delhospital. Honestamente, ya estaba frustrada porque ella seguía sufriendo y yono podía solucionarlo. El doctor me dijo que estaba sangrando internamente, yno podían ayudarla.
Me vestí con la idea de irme a estar con ella. Miesposo, Dustin tenía miedo por mí en las calles durante las fiestas, así que mehizo prometerle que lo llamaría cuando llegara al centro médico. Entoncesapenas llegue al parqueo me comuniqué con él… estaba llorando: “Lo sientocariño, ya falleció”, dijo. Todo se inmovilizó y grité por mi mamá.
Inmediatamente colgué el teléfono y entré al hospital.Al verla la sostuve, oré y lloré, mientras una enfermera me abrazaba y meacompañó en mis oraciones.
Los días siguientes sólo quería esconderme en mi cama,pero tenía que hacer los preparativos para el entierro. Soy la primera en serhonesta sobre cómo traté con esta situación. Cualquier persona que ha perdidoun ser amado entiende las etapas de duelo. Aun estoy en eso, pero progresando.
Al inicio estaba desilusionada: estaba segura que Diosla sanaría. Mi madre era una ministra poderosa y me enamoré de Dios desde jovencuando la ayudaba en su ministerio. Dios siempre sabía que debían oír laspersonas.
¿Qué hacer cuando las oraciones no son contestadas enla forma que se espera?
Esa ha sido una lucha para mí. Algunos creen que lavida es una serie de televisión: todo está bien, se presenta un dilema, se oray en 30 minutos o menos ya todo está resuelto. En realidad, eso sería genial.Pero, para muchos de nosotros no es así. ¿Qué tan transparente puedo ser?
No quiero pretender que todo está bien, cuando no loestá. Creo que Dios sabe eso.
Llorar ante Dios es algo que hacía con regularidad,rogándole que sanara a mi mamá. Ella fue mi mejor amiga y, hasta los 33 añoscuando me casé, vivía con ella. Hablábamos todos los días y la veía confrecuencia. Así que cuando no fue sanada en esta tierra (sé que en el cieloestá perfectamente bien), no me gustó.
“¿Cuál lección debo aprender?” le gritaba a Dios.“¿Quieres que aprenda que la vida es dura y que la gente sufre y muere? ¡Porqueeso sí lo entiendo!”
Así es como me sentí cuando murió mi madre, pero desdeentonces Dios ha hablado a mi corazón con su amor y respuestas.
Dios puede aguantarse a las personas que no se guardannada. Él conoce nuestros pensamientos, ya sea que lo digamos o no.
Durante un mes y resto Dios me lanzaba la pregunta:“¿Qué decides? ¿Guardar tus juguetes e irte a casa por que no te saliste con latuya?” Quería responder como niñita y decirle que sí, pero mi respuesta reales: “No, Señor. Aunque las cosas no salieron como esperaba, yo te amo a ti”.
Si las cosas son difíciles para usted en este momento,¿puede responder así? En medio de su sufrimiento y desilusión, ¿puede decir quelo ama a Él igual?
Job (personaje en la Biblia) declaró: “¡Que me mate!¡Ya no tengo esperanza! Pero en su propia cara defenderé mi conducta “ (Job13:15).
Es fácil decir que se ama a alguien cuando todo está colorde rosa. Pero cuando las cosas se dificultan (no sólo un rato, sino por largotiempo), ¿entonces qué?
No es realista medir nuestro caminar espiritual o elamor de Dios, por medio de cuántas respuestas son contestadas. Sin embargo esbueno recibir muchas contestaciones. Oremos mejor diciendo: “Que se haga tuvoluntad”.
Aun tengo tantas preguntas y mucho que deseo aprender.En lo profundo de mi corazón, deseo correr a los brazos de mi Padre Celestial yque Él me sostenga. Quiero tener un ser puro, pero más aun que Cristo sepa quelo amo realmente. Sé que mi mamá está mejor ahora que nunca.
A pesar de que mi más grande temor se hizo realidad:perder a mi mamá y mejor amiga; Dios aun está aquí para confortarme. La Bibliadice que “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.“(Filipenses 1:21). No puedo comprender el gozo del cielo, pero me tranquilizasaber que ella está con Dios.
Escrito por Angell Vasko - Escritora de CBNFuentes: Club 700