En el caso de Star Wars ni siquiera he visto ninguna película entera. Jamás me han llamado la atención como para ir al cine, y cuando las han puesto en la tele las he visto como quien ve una teleserie de antena 3.
Robots, galaxias, pura fantasía, siete películas ya que además no las han ido haciendo por orden y el hecho de que hay miles de nuevas historias por descubrir hacen que ahora mismo Star Wars no me llame nada la atención. Las Guerras de las Galaxias es una gran saga de películas, lo sé, pero que no tengo el interés por ver.El Señor de los Anillos es diferente, he visto las tres (El Hobbit aún no he podido verla) y me parece una saga espectacular, una historia completa, bien narrada, una buena adaptación del libro, guiones perfectos, un plantel de actores que lo hacen genial, unos efectos especiales de infarto... pero que aún así, a mi no me convence. Es decir, soy consciente del potencial que tiene la saga de Peter Jackson, pero nunca he sentido que me llene ni me entusiasme, y creo haber encontrado algunas razones:
La primera película de El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo recuerdo haberla visto en el cine, era muy pequeño y me llevaron al estreno, la sala estaba llena y nos tocó ponernos en primera fila. Yo, un chico de menos de 10 años, sufrí durante las tres horas un atropello a base de efectos especiales delante de una pantalla que me hacía girar el cuello de izquierda a derecha, espectante a lo que ocurría en una película que apenas estaba entendiendo. Quizás sería la edad, pero desde entonces le he cogido manía a las primeras filas de un cine y en igual medida, a las películas que abusan de los efectos especiales.
Me gusta el cine porque lo veo como una oportunidad para conocer historias impresionantes, ver algo que no se podría ver de ninguna otra forma, explorar los sentidos, inspirarme, aprender algo nuevo o incluso para identificarme con algún personaje o alguna situación y sacar algo útil. Con ESDLA solo he encontrado una película sobre una historia que se va totalmente de la realidad, pura fantasía, explotada con efectos especiales porque si no sería totalmente irrealizable. Y yo, aún reconociendo la calidad de esta película, es un estilo de cine que no me gusta. Sé apreciar las grandes escenas de esta película, las impresionantes batallas con cientos de extras, el épico discurso para alentar a las tropas de la última película, pero aún así, veo acabar los créditos y me pregunto... "¿Muy bien, pero ahora qué?", nunca he llegado a interiorizar con este género. Claro que tiene un montón de cosas más de provecho, pero me sobra totalmente lo mencionado anteriormente.La última película explotada a efectos visuales que he visto fue Avatar, salí del cine impresionado, pero cuando llegué a casa me volví a hacer la misma pregunta, lo único que recuerdo eran esas maravillosas imágenes cuando atravesaban un bosque con plantitas de colores realmente preciosas, pero abarrotadas de efectos digitales fotograma a fotograma.
Dicho esto, añado que comprendo a la cantidad de admiradores de este género, de la calidad de las películas que he comentado en este artículo, pero yo prefiero apostar por un cine más natural, más artesano, más económico, más real, más creíble, más cercano y no basado únicamente en unos efectos especiales que acaban abrumándote, impresionantes, eso sí, pero a base de talonario. Todas estas son películas que si les hubieran recortado la mitad de su presupuesto no llamarían la atención.Y aquí mi opinión, para muchos incomprensible, sobre dos sagas históricas del cine, que yo nunca llegaré a comprender. Recordad que tenéis los comentarios aquí abajo para dejar vuestra opinión o incluso para intentar convencerme de que me anime a ver Star Wars. Nos leemos!