Hace pocos meses se conoció la noticia de que algunas empresas de Silicon Valley habían ofertado
a sus empleadas en edad fértil prestarles el servicio de congelar sus
óvulos, de modo que pudieran seguir trabajando en la empresa ahora, y
retrasar la maternidad una vez hubieran escalado puestos en la empresa y
se hubieran asentado en su trabajo. La iniciativa ha merecido comentarios
nada positivos; pueden verse comentarios desde el punto de vista bioético (Bioedge), desde el punto de vista de la mujer (blog de Nuria Chinchilla), o de tipo más general (Harvard Law and Policy Review).