No suele ser mi tónica habitual, pero hoy he vuelto a leer una entrada que justo hace un año publiqué en Mujer y Empresa Informativa y creo que debo traerla aquí. Trata sobre la conmemoración del Día de la Libertad de Prensa y poco ha cambiado desde 2009...
¿Libertad de prensa? Según dónde y para quién
He preferido dejar pasar las horas para reflexionar. No he querido ponerme frente al ordenador -hasta ahora- por un motivo claro: no sé que escribir en el día en que se conmemora mundialmente la Libertad de Prensa. Y sinceramente, me dispongo a escribir sin mucho que aportar. Los hechos hablan por sí solos; desde el 3 de mayo de 1993 -cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama el Día Mundial de la Libertad de Prensa- el panorama no ha cambiado. Es cierto que han existido mejoras sustanciales pero aún hoy siguen muriendo periodistas por realizar su labor. Una labor que se antoja incómoda para Gobiernos y Poderes Públicos (la mayoría de las veces). Una labor, NUESTRA LABOR, que muchos quieren impedir bajo diversos disfraces.
Uno de los más peculiares es el de la autocensura (a veces, indicada gentilmente por nuestros superiores) donde se antepone la posible pérdida de fuentes importantes o algún que otro apoyo a destapar alguna información necesaria para el buen funcionamiento democrático y social. Claro que, el reparto de la tarta es mayor así: mantenemos los apoyos de siempre y nos ganamos los agradecimientos (léase incentivos) de Gobiernos y Poderes Públicos. Menos mal que parece que no es la regla general.
Pero, también es verdad que el periodismo es un negocio como otro cualquiera. Si bien, no hay que olvidar que el verdadero negocio y la cuna del poder se encuentra en la información. Basta recordar una célebre frase de Francis Bacon:Información es poder (Scientiapotentiaest)
Como consecuencia de ello, el periodismo de investigación parece ser un estorbo y se esfuma a merced de las necesidades de Gobiernos, Estados y ETN´s (Empresas Transnacionales; nuevo pilar de las relaciones internacionales) de ocultar aquellos desaguisados que cometieron y seguirán cometiendo mientras queden impunes. Puede que el periodista tenga información suficiente para desmontar todo un entramado político o económico, pero más información poseerán ellos.
Por eso, ¿libertad de prensa? Segun dónde y para quién. Y durante todo el panorama descrito no he entrado en valorar el papel de la mujer en la empresa informativa. Ni si quiera en las sociedades más avanzadas...
Y aún me pregunto por qué estudio periodismo cuando la situación sigue estando tan cruda... Que si una libertad de prensa cohartada, que si poco empleo para los jóvenes recién licenciados, que si pocos puestos directivos para la mujer en la empresa informativa...
Sin embargo, toca ser optimista en tiempos de crisis.