Conmutación de penas a cambio de órganos

Publicado el 17 febrero 2011 por Alchavida
"Lo que hizo el gobierno de los Estados Unidos fue vergonzoso". Con estas palabras, el entonces Presidente Clinton pedía disculpas públicas a los todavía supervivientes del  experimento que supuso que, para establecer el curso natural de la sífilis, varios centenares de hombres negros con esta enfermedad fueron engañados durante cuarenta años, de 1932 a 1972, tiempo en el que se les mantuvo en la creencia de que eran correctamente tratados, cuando no recibían fármaco alguno.
Experimento totalmente contrario al Código de Nuremberg, que establece que "el consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial” y que éste “deberá ser obtenido sin impedimento alguno de fuerza, fraude, engaño, intimidación, promesa o cualquier otra forma de coacción o amenaza”. Enseguida nos hacemos preguntas del tipo: ¿Es genuino y verdadero el consentimiento otorgado por una persona privada de libertad para participar en una investigación médica? ¿Se debe permitir la experimentación médica con presos?
Preguntas de no fácil respuesta, pues de los experimentos depende en gran parte la investigación biomédica. Ahora, en Estados Unidos se plantea un debate ético ligeramente diferente: se debe conmutar la pena de un recluso a cambio de una donación de órganos?
No es un problema teórico. El gobernador de Mississippi ha decidido anticipar la libertad condicional a dos hermanas condenadas por robo a mano armada a condición de que una done a la otra el riñón que esta última necesita. Robar 11 dólares a mano armada les salió caro a las hermanas, pues les cayeron 16 años de reclusión. Ahora una de ellas padece insuficiencia renal, y a liberación de Gladys Scott se condiciona a que done uno de sus riñones a su hermana a la mayor brevedad posible.
El Jefe de la Unidad de Transplantes ha manifestado: "Si Gladys debe seguir en prisión, se le debería permitir donar en cualquier caso; y si no debe seguir, su puesta en libertad debería ser independiente de que done o no". El tema ha suscitado tanto interés que se teme una avalancha de ofertas de donación de riñón por parte de la población reclusa.