HackingTeam es la empresa de “hackers” de la que hablamos, o bien, brindándole algo de términos técnicos, es una compañía de ciberseguridad de la que se creía que solo brindaba software de espionaje, o software de control remoto de sistemas informáticos, para la protección gubernamental ante ataques criminales. Los clientes privados no se contaban en su clientela pero las recientes filtraciones hablan del trabajo conjunto con bancos y otras entidades para las que no es opcional velar por la seguridad de su infraestructura de redes.
La empresa nace en 2001 de la mano de Alberto Ornaghi y Marco Valleri, un par de italianos famosos por haber creado un software llamado Ettercap, gratuito y open source, que analistas de todo el mundo usaban para pruebas de seguridad. Y entre las posibilidades de Ettercap se incluía funciones de espionaje, una interesante característica que llamó la atención de la Policía de Milán quien no dudó en contactar a HackingTeam para solicitar sus servicios y asesoría. Así fue que HackingTeam se convirtió en una empresa de desarrollo y comercialización de software de espionaje para gobiernos, por ahora, con 50 empleados en su plantilla (con sedes en Italia, Singapur y Estados Unidos). Por cierto, el software DaVinci es otra de sus grandes creaciones.
Una vez más, lo que sucedió es que los sistemas de HackingTeam fueron vulnerados, posiblemente, por un grupo de atacantes que tuitea desde la cuenta @GammaGroupPR. Fue violada hasta la cuenta de Twitter de HackingTeam, @HackingTeam, desde donde se publicó un torrent con alrededor de 400 GB de archivos sensibles de la compañía: Facturas, correos, documentos, registros operativos, etc. Por ahora, HackingTeam se mantiene en alerta máxima pues lo filtrado podría incluir hasta 600 GB de información adicional.
Lo problemático que salió a la luz es que, a pesar de que en reiteradas ocasiones HackingTeam negó haber prestado sus servicios a regímenes altamente represivos incluyendo grandes referentes en cuanto a la no libertad de expresión como Uzbekistán, resultó ser cierto, sí se prestó servicios a tales países pero también a otros “menos autoritarios” como Estados Unidos, España, Chile, México y Colombia.