Conoce dos grandiosas técnicas para el rejuvenecimiento

Por Cuidemonos @Cuidemonos01

Por fortuna para nosotros, vivir en el siglo XXI tiene muchas ventajas en todos los ámbitos. Uno de ellos es la estética corporal: existen muchos métodos, además de una rutina sana de dieta y ejercicios, para poder lucir lo mejor posible. Contamos con la mejor tecnología para cada parte del cuerpo y actualmente una de las grandes metas es retrasar (o incluso detener) el envejecimiento.

Cuando llegamos a cierta edad esto llega a ser una preocupación constante porque se refleja en nuestro órgano más visible: la piel. Las arrugas pueden volverse una pesadilla muy difícil de ignorar o erradicar, sobre todo en el rostro, que es en donde más se reflejan nuestros años vividos. Por ello el mercado nos ofrece una amplia gama de terapias y tratamientos que funcionan según edad y características específicas de cada paciente, ajustándose muy bien a cada necesidad: mesoterapia, botox, láser, fototerapia, peeling, luz pulsada y lifting son sólo algunos de ellos.

Ahora te contaremos sobre dos métodos que pueden obrar tu propio milagro: el ácido hialurónico y la radiofrecuencia facial.

Se trata de un tipo de relleno facial inyectable, compuesto por este polisacárido que se encuentra de forma natural en todos los seres vivos, incluyéndonos. Tiene un papel fundamental como elemento conjuntivo de los tejidos, además de la capacidad de retener una gran cantidad de agua, otorgándoles el volumen que se requiere para que no aparezca la flaccidez que produce las arrugas.

Se encuentra en un 56% en nuestra piel, pero su peso va disminuyendo con los años. Por ello es posible inyectarlo de forma superficial, donde se integra naturalmente y devuelve la hidratación y volumen a la dermis, es decir, la frescura usual de la juventud. Generalmente no produce alergias, aunque en alrededor del 3% de los pacientes se han registrado algunos síntomas como enrojecimiento, hematomas, hinchazón, dureza o bultos, si bien, estos pueden ser alérgicos a las proteínas del pollo o huevos (de donde suele extraerse el ácido) o no haber acudido con los profesionales que deben monitorear el proceso.

Es una opción sencilla y efectiva contra las arrugas, si bien, requiere de aplicaciones periódicas pues el cuerpo acaba por absorberlo.

Es un tratamiento que utiliza la radiofrecuencia para calentar los tejidos conjuntivos subcutáneos mediante un sistema electrónico, estimulando la regeneración y producción de nuevo colágeno y elastina, las sustancias que otorgan resistencia y elasticidad. Llevarla a cabo es bastante sencillo y por completo indoloro para el paciente: tan sólo se aplica un gel conductor sobre la piel limpia y desinfectada para que, a continuación, el profesional deslice el aplicador de la RF sobre ella. Las sesiones -entre 6 y 8- duran de 30 a 60 minutos, según la extensión en la que quiera utilizarse, y sólo se siente un poco de calor que no llega a quemar. Por tanto, no requiere reposo.

Es fácil, rápido y efectivo: elimina arrugas, tensa los músculos, reduce líneas de expresión, quita cúmulos de grasa y mejora el tono del cutis.

Determinar cuál de estos dos métodos es el mejor sólo depende de ti. Cada uno cuenta con su propio nivel de efectividad y comodidad, aunque lo cierto es que ninguno sustituye a un drástico lifting. Son mucho menos invasivos y ambos requieren de aplicaciones periódicas para una mayor duración. Incluso pueden complementarse: se puede realizar antes una radiofrecuencia -de modo que el ácido no se absorba de forma prematura-, esperar unos cuantos meses, y maximizar los resultados con la inyección de ácido hialurónico. Todo siempre consultando con un experto de la medicina estética para minimizar cualquier riesgo de efecto colateral y conseguir un rejuvenecimiento soñado.