La arrolladora personalidad de este parque y la pulcra inmensidad de su paisaje se debe en buena parte a los avatares de la historia, pues su relativo aislamiento ha hecho que hasta la década de los 80, solo haya significado una región apartada con grandes fincas famosas por su caza.
Todo cambió cuando en 1983 el Ministerio de Defensa escoge este emplazamiento para lo que iba a ser el mayor campo de tiro de Europa. Fue entonces cuando algunos hombres, conocedores de su belleza y singularidad, se movieron para modificar su destino y convertirlo en un parque nacional.
Hoy se le conoce como el “Serengueti español” donde, por un paisaje similar a la sabana africana, deambulan manadas de ciervos, que durante su berrea otoñal hacen uno de los espectáculos de la naturaleza más impactantes.
En contraste con la llanura arbolada están las sierras, que albergan una buena representación de vegetación mediterránea y una de las colonias más grandes del mundo de buitre negro.
Conocer Cabañeros
En la ruta por el río Estena recorremos un río de carácter estacional mediterráneo muy bien conservado, donde la nutria y los mejillones de río son abundantes, junto a ellos, en los roquedos que franquean la ruta, es posible ver crucianas, huellas que dejaron los trilobites hace millones de años.
La ruta al Chorro de Horcajo, nos acerca a un salto de agua espléndido a través de un recorrido agradable que bien puede realizarse a pie o en bicicleta y la ruta al Chorro de Navalucillos también lleva a hermosas cascadas, esta vez a través de una de las zonas más montañosas del parque, con impresionantes paisajes.
Otra opción, es atravesar el parque en coche, en un recorrido de unos 76 kilómetros, desde la raña a la montaña. En este caso, recomendamos iniciar la excursión desde el embalse de Torre de Abraham, haciendo una parada estratégica en el centro de visitantes Casa Palillos donde encontraremos interesantes explicaciones sobre el significado e interés del parque.
Todos los alojamientos que hemos incluido en Qnatur, ofrecen información sobre rutas y disponen de interesantes propuestas para conocer el Parque y su entorno.
En nuestro canal de YouTube hemos seleccionado un par de vídeos sobre Cabañeros que pueden motivar aún más tu visita y para los que les gusta saber algo más del Parque contamos algunas otras cosas a continuación.
Noticias diversas del hombre en Cabañeros desde el paleolítico
Los visigodos sucedieron a los romanos y a su vez estos fueron dominados por los musulmanes, pero ambos han dejado pocas huellas, lo que parece indicar que ya entonces fueron territorios poco poblados. Algunos de estos restos son el castillo de El Milagro y la Torre de Abraham, ambos de origen musulmán.
Toda la región se convirtió en frontera con los musulmanes tras la batalla de Alarcos, en 1195, y entran a formar parte del territorio de la ciudad de Toledo, a la que pertenecieron hasta el S XIX.
Tras la reconquista se intenta repoblar la zona, pero continuaba siendo zona fronteriza entre moros y cristianos, por lo que era insegura. Fue necesario construir defensas y fortalezas para proteger a los nuevos pobladores. Un ejemplo es el castillo y la torre de Malamoneda, en Hontanar, al norte del Parque, que fueron construidos en el S XIII para refugiar a la población en caso de ataque.
La inseguridad de la frontera junto con el aislamiento de estos montes propició su ocupación por grupos de bandoleros que vivían del pillaje. A estos maleantes se les conoce como golfines y muchos eran desertores del ejército musulmán o cristiano.
Los golfines ralentizaron los nuevos asentamientos en esta zona, hasta 1300 cuando las hermandades de Toledo y Talavera, integradas por cazadores, leñadores, colmeneros, carboneros y pastores que utilizaban estos montes, acabaron con ellos.
En 1885, con la desamortización de Mandoz, se parcela el territorio en grandes fincas y pasan a manos de la propiedad privada, manteniendo los usos tradicionales.
Entre los años 50 y 80 se hacen varios intentos para repoblar la zona dando facilidades a los colonos y se construye el embalse de Torre Abraham.
En 1983, el Gobierno compra una de las mayores fincas de Cabañeros e intenta convertirlo en un campo de tiro del ejército. Pronto se descubre que la zona alberga la mayor colonia de buitre negro del mundo así que se inicia un movimiento social que termina incitando al gobierno de Castilla La Mancha a protegerlo, en 1988, como parque natural. Finalmente, en 1995, es declarado parque nacional.
Tierra de fósiles marinos
Hace 600 millones de años, durante el Precámbrico y el Cámbrico, este territorio se encontraba bajo el mar. Al final de este periodo tiene lugar un lento proceso tectónico que levanta el fondo marino, su compactación y deformación. Es así como estos sedimentos quedaron transformados en las pizarras y areniscas del parque. Durante el Ordovícico y el Silúrico el mar vuelve a inundar estos territorios depositando nuevos sedimentos. Hace unos 350 millones de años, durante la Orogenia Hercínica, emergen de nuevo y experimentan profundas deformaciones que dan lugar a las Montes de Toledo.
Esta historia geológica explica que el parque sea tan rico en fósiles de origen marino. Se han identificado hasta 250 especies, entre otros de trilobites, cefalópodos, moluscos, graptolitos, braquiópodos, equinodermos y bivalvos.
Durante el cuaternario la zona estuvo poblada por animales similares a los actuales de la sabana africana, con mastodontes como el encontrado en las rañas del sur de Cabañeros y del que hoy en día se puede contemplar su cabeza y cornamenta en el Centro de Visitantes de “Casa Palillos”.
Bosque adehesado y monte mediterráneo
Cabañeros tiene una inmensa superficie encinar adehesado, que en las zonas más inaccesibles conserva excelentes formaciones de encinas, madroños, labiérnagos, cornicabras, brezos, durillos, etc.
En zonas más húmedas y frías, generalmente en las umbrías, aparecen los quejigares y en los enclaves de mayor humedad aparecen abedules, avellanos, tejos y acebos.
Los alcornocales se sitúan en las orientaciones más cálidas y con cierta humedad de las sierras, en ocasiones entremezclados con encinas, quejigos, arce de Montpellier y durillo. En las zonas más húmedas aparece el melojar, en ocasiones también mezclado con otras especies.
A esta gran manifestación de los bosques mediterráneos hay que añadir los bosques de ribera, fundamentalmente a lo largo de los ríos Estena y Bullaque, en donde aparecen fresnos, alisos, sauces y tamujos.
Buitres, ciervos, grullas, nutrias…. águilas y milanos
El ciervo es muy abundante, pero también hay el corzo, gamo y jabalí. La berrea del ciervo en Cabañeros, que tiene lugar entre septiembre y octubre, es espectacular. También hay liebre, gineta, gato montés, meloncillo y en los ríos, con suerte, se puede ver la nutria, sobre todo en el Bullaque y en el Estema.
Hay 198 especies de aves, entre las que destaca el buitre negro, sin duda la especie más representativa del parque, pues cuenta con una de las colonias más grandes del mundo. En los bosques y roquedos nidifican, entro otros, águila imperial, águila real, águila perdicera, águila calzada, águila culebrera, milano negro, milano real, azor, cigüeña negra.
En las zonas más abiertas, como en las rañas, durante el invierno son frecuentes aguilucho cenizo, aguilucho pálido, elanio azul y un abultado grupo de grullas que tienen su dormidero en el Embalse de Torre de Abraham, que convierten los atardeceres en un espectáculo. También hay gorrión moruno, carraca, collalba rubia, sisones, alcaravanes, etc.
En los ríos son frecuentes el galápago leproso, pero también el galápago europeo, la culebra de agua, la rana común. En las zonas de rocas y matorral más húmedas vive el lagarto verdinegro, que es una especie exclusiva de la Península. Otra especie exclusiva es el jarabugo (Anaecypris hispanica), un pequeño pez que solo vive en la cuenca del Guadiana.
Buen viaje !!!