Pintar la habitación, escoger las cortinas y juego de cuna, empezar a comprar ropita para el bebé o decidir un nombre, son algunas de las razones por las que en ocasiones surgen las prisas a la hora de conocer el sexo del futuro recién nacido. Muchas parejas que van a ser papás, esperan con ansias la ecografía ya que tienen la necesidad de saberlo cuanto antes.
Otros padres, sin embargo, a pesar de que a partir de la semana 20 de embarazo, es posible detectar el sexo del feto mediante una ecografía, optan por obviarlo y permanecen en incertidumbre hasta el momento del parto.
Es estos casos, hablamos de padres que no son demasiado curiosos y que están capacitados para esperar a su hijo con esa incertidumbre, sin generar ningún tipo de expectativa.
Independientemente de si se decide conocer o no el sexo del bebé antes de su nacimiento, lo importante es no condicionar la motivación del embarazo a un género determinado. Si proyectamos las ilusiones, planes o expectativas afectivas a un bebe imaginado de forma tan concreta, es fácil caer en la decepción e incluso sentir un vacío que no permita disfrutar del regalo tan maravilloso que está por llegar.
¿Por qué algunos padres se ilusionan demasiado con un sexo determinado?
Algunas creencias que se han relacionado con la fijación sobre un sexo determinado durante el embarazo son:
- Que "las niñas son más débiles y sufren más" , esta idea puede llevar a desear niños supuestamente más fuertes.
- Que "los niños son más despegados afectivamente", especialmente las madres pueden desear una niña bajo este criterio.
- Determinadas posiciones sociales y cuestiones de patrimonio, llevan a algunos padres a desear un varón con objeto de dar continuidad a las obras y apellido paterno.
- El hecho de tener ya un hijo y fantasear con "tener la pareja".
¿Es normal sentir decepción cuando el sexo del bebé no es el esperado?
Los expertos reconocen que cierto grado de malestar y tristeza es normal, cuando se ha estado idealizando un niño concreto y la ecografía nos muestra otro diferente. En realidad, se trata de afrontar una pérdida que conlleva un proceso corto de duelo.
Sin embargo hay ocasiones en los que esta sensación de decepción va más allá, entrañando riesgos para el manejo psicológico del embarazo e incluso del bebé que está por nacer.
Los síntomas que son causa de alarma y requieren la ayuda de un psicólogo especializado son:
- Se alarga el periodo de tristeza, aparece ansiedad o el estado de ánimo de la embarazada afecta a su vida y a su relación con las personas que la rodean.
- Aparece rechazo al embarazo y al bebé que se espera.
- Aparece gran culpabilidad por no haber engendrado el sexo deseado.
Ante situaciones de este tipo, ambos miembros de la pareja deben acudir al psicólogo para solicitar una terapia de apoyo durante el embarazo.
¿Cómo no generar expectativas hacia el sexo del bebé?
Cuando una pareja decide ser padres, deben hacerlo porque surge en ellos el deseo de traer un hijo al mundo. El niño o la niña no son un capricho que se puede elegir, más allá de sus características físicas o sexuales, debe respetarse a ese ser desde antes de su nacimiento y aprender a amarlo tal y como es.