En Barcelona, tenemos tradiciones navideñas curiosas, como un tronco que da regalos cuando le pegas llamado Tió de Nadal, y otras más extendidas como comer barquillos, turrones o roscón de Reyes. En Estados Unidos, hay una costumbre que me llama mucho la atención: the elf on the shelf. Se trata de un duende que observa a los niños desde Acción de Gracias hasta Nochebuena. Durante el día, está inmóvil, pero por las noches, se va volando a informar a Papá Noel de cómo van las cosas. Los niños tienen que poner un nombre al elfo para que él cobre poderes mágicos. Pueden hablar con él para contarle lo que quieran, pero no pueden tocarlo. Esta tradición de origen escandinavo apareció en el libro The Elf on the Shelf: A Christmas Tradition, escrito por una madre y su hija, Carol Aebersold y Chanda Bell. Fue un libro que autopublicaron ellas mismas, pero ahora ya se ha convertido en un clásico navideño. Acabo de ver el sitio web de la editorial que fundaron. Me parece una tradición muy graciosa, así, todas las mañanas, lo primero que hacen los niños al levantarse es ir a ver dónde se ha escondido el duende. También me gusta el hecho de que autopublicaran el libro y hayan tenido tanto éxito. Sky's the limit!