Yo pensaba igual. Las contracciones de mi parto fueron canallas pero me hice la mujerona y parí sin medicamentos. Ya saben, quería sentir en carne propia el parto vaginal-natural. A todos les decía que no había dolor más fuerte que ese y hasta me jactaba de contar que parí a sangre fría. Jajaja ¡Inocente yo!
Llevaba varias semanas sintiendo un dolor abdominal. Una noche me atacó un dolor de los mil demonios que hizo que me asustara. Saqué una cita con un gastroenterólogo para saber qué estaba pasando. Me hicieron varias pruebas y programaron una endoscopía.
Imagen: Flickr|smailtronic
El fin de semana antes de la endoscopía comenzaron los dolores nuevamente. Eran tan fuertes que me retorcía en el piso, temblaba y lloraba como nunca. Le pedí a mi esposo que llamara una ambulancia porque jamás me había sentido tan mal. De verdad estaba asustada. Le dije al paramédico que esos dolores eran peores que los del parto. O.o
En el hospital municipal me dijeron que fue un aviso del cuerpo. Según ellos, el estrés estaba reclamándome descanso y como yo no hacía caso, pues el cuerpo hizo lo suyo. Me estabilizaron y me enviaron a mi casa. La orden fue que descansara.
Dos días después me atacó nuevamente el dolor y ahí corrí para Sala de Emergencia de un hospital privado. Llegué un lunes de madrugada, me inyectaron morfina y dormí un poco. Después varios exámenes, sonografías, electrocardiogramas y puyazos, dieron con lo que me estaba provocando dolor: piedra en la vesícula. La orden en esta ocasión era extirparla porque corría el riesgo de una pancreatitis.
Me operaron y estuve en reposo por dos semanas. Rogando al Señor que jamás me enviara otra prueba como esa. Un dolor que duele más que las contracciones.
A los hombres les digo que no se preocupen. Hay dolores físicos más fuertes que los del parto. Jejeje
Y tú, ¿has pasado por algo similar?
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Nora: Les envío una nota de agradecimiento a todas las enfermeras y médicos del Hospital San Pablo. A pesar de las decenas de pinchazos, se portaron de show conmigo.