Modus Leyendi: ¿Qué tenías en mente cuando comenzaste a escribir la primera parte de la trilogía Venganza? ¿Cuál fue la premisa de De Rodillas?
Malenka Ramos: Escribir sobre un tipo de literatura que no se veía en las estanterías de las librerías. Realmente fue un experimento en una web de relatos. Llegué a un apartado sobre literatura de BDSM y escribí el comienzo. Con el tiempo cada vez eran más y más los lectores que seguían la historia. Hasta llegar al millón.
ML: ¿Te inspiraste en personas reales para los personajes o fueron mero producto de tu imaginación? ¿Por qué les diste ese toque perverso en el ámbito sexual a los personajes masculinos?
MR: Son personajes de ficción. Un gran elenco de perfiles psicológicos diferentes y muy complicados. El toque perverso lo di porque estaba un poco cansada de ese amor idílico que la gran mayoría narra. Aunque nos gusten los cuentos de hadas, la naturaleza humana y sobre todo, lo que no decimos, posee más demonios que luces.
ML: ¿Decidiste escoger ese inicio de libro tan impactante en vez de uno más light por algún motivo o simplemente fue así porque la novela te lo pidió?
MR: Escogí ese inicio, (en la versión Hardcore, dado que en la editorial Planeta es diferente) por la misma razón. Romper las reglas de lo políticamente correcto.
ML: ¿Alguna vez creíste que como fruto de una simple apuesta ibas a llegar a publicar cinco libros con editoriales tan importantes como Esencia o Titania? ¿Qué se siente cuando lo consigues?
MR: Nunca. Y menos con la Trilogía, que a fin de cuentas es complicada de defender y difícil, en algunos casos, de entender.
ML: ¿Qué nos puedes adelantar de Las Edades Bárbaras?
MR: Las Edades Bárbaras es para mí y para mi agente el mejor trabajo que he podido hacer hasta ahora, no sólo por lo cuidado de la narrativa, la estructura de la novela y la historia en sí. Es un drama con pinceladas de erotismo, sin embargo es elegante, discreto y solapado. Se ensalza el sufrimiento de unos niños y niñas en un orfanato que los trato mal, forjándose como los hombres que después de 40 años son. Es el inicio de la juventud del que no tiene nada y no teme, por ende, perder nada. Los lazos de amistad, amor y sobre todo comprensión en una época de represión. El amor en todas sus formas y todo lo que se genera entre ellos cuando comienzan a descubrir el mundo más allá de ese orfanato de ladrillo y barro. Tendremos muchachos apasionados, jovencitas revolucionarias que no aceptan su papel de ama de casa, terribles profesores y una puerta que en un momento puntual se abre hacia la libertad. Los años 50 y la elegancia de las formas. Pero ante todo, que fue lo que pasó en ese orfanato y que hizo que unos hombres y mujeres, cuarenta años después vivan la vida unido a ese pasado.
ML: ¿Te consideras una escritora brújula (te dejas llevar por la imaginación) o una escritora mapa (planificas todo el proceso de escritura)?
MR: Pues ni lo uno ni lo otro. A veces intento planificar, al menos un esquema de lo que voy a desarrollar. Cosa complicada, porque al final mis personajes acaban tomando las riendas de su propia historia y me siento como el hilo conductor que debe contarlo.
ML: Nos ha contado un pajarito que desde pequeña eres amante de los clásicos… ¿podrías decirnos sin pensártelo dos veces cual es el primer clásico que te viene a la memoria y por qué?
MR: El primero que leí. La Iliada. Porque fue el primer libro que mi padre me regalo.
ML: ¿Tienes algún ritual a la hora de escribir?
MR: Sería muy glamuroso decirte que sí. Pero no.
ML: ¿Hay algún proyecto escondidillo por ahí que quieras (y puedas) desvelarnos?
MR: Yo entré en la agencia Sandra Bruna por un thriller que gustó muchísimo. Ese será el siguiente proyecto y creo que promete mucho. O al menos eso espero.
ML: ¿Podrías dar algún consejo a los escritores jóvenes que nos están leyendo en este momento?
MR: Escribir es una carrera de fondo, el éxito es muy difícil de conseguir y no llega rápido salvo raras veces. El mundo editorial es un mundo lento, hay que tener paciencia, ser constante y nunca dejarse llevar por el miedo al qué dirán. Escribir sobre lo que les gusta, leer todo lo que caiga en las manos. Y sobre todo no darse por vendido. Una novela que no gusta a alguien puede ser un éxito para otros.
¿Y bien bigotudos? ¿Qué os ha parecido la entrevista? ¡Nos leemos!