Conociendo Belfast

Por Traveler2be @traveler_2be

El pasado un poco triste que rodea a la isla de Irlanda, especialmente a la parte de Irlanda del Norte, marcó a la isla durante muchas décadas, y mantuvo su marca en una tierra tan hermosa durante muchos años. Lo bueno es que en pleno siglo XXI, Irlanda del Norte se levanta como un país que tiene mucho que ofrecer, y su capital Belfast nos da la bienvenida a un puente entre el pasado y el presente, con enseñanzas de por medio que no debemos olvidar.

Que quede claro: a pesar de utilizar otra moneda, y pertenecer a otro sistema de gobierno, los irlandeses del norte siguen siendo igual de cálidos, alegres y simpáticos que sus compatriotas del resto de la isla. Así que, he aquí una lista de lugares los cuales visitar mientras se visita la capital del sector irlandés perteneciente al Reino Unido.

Una de las primeras zonas que más resalta a la vista y que se encuentra en lo más céntrico de la ciudad es el Ayuntamiento, o City Hall. Un edificio impresionante y muy bonito, que se levanta con mucho potencial sobre las calles centrales de la ciudad. Vale muchísimo la pena verlo también por las noches, donde su iluminación mantiene la sobriedad y espectacularidad del caso.

Siguiendo por el centro de la ciudad, se pueden admirar edificios emblemáticos y hermosos, como Grand Opera Hall (con estilo oriental), la Catedral de Belfast en Lower Donegall Street, que se levanta imponente y puede ser visitada por los turistas para conocer sus exteriores e interiores, o el Albert Memorial Clock, un regalo monárquico en su tiempo.

No se puede visitar Belfast sin encaminarse a la zona portuaria de la ciudad, conocer los astilleros de la ciudad y sobre todo, visitar el imponente edificio de la experiencia del Titanic, donde se puede conocer cada punto relacionado a la historia del famoso transatlántico, y todo el contexto social, político y económico que rodeaba a la ciudad en aquellas épocas, donde era una de las ciudades líder respecto a la construcción de bancos.

Por último, y como visita altamente recomendada, es poner camino hacia la zona de Falls Road, e iniciar el impresionante recorrido por los muchos murales de protesta que adornan la ciudad, donde los gritos políticos se reflejan en llamativas pinturas en las paredes. El recorrido se puede continuar hasta adentrarse en el barrio católico de la ciudad, conocer la sede (y el barrio) republicano de Belfast (escenario de protestas y choques religiosos todos los años), ver los tributos a los republicanos caídos en batalla, los antiguos cuarteles del ejército británico y al final los muros que dividieron la ciudad, y que más allá de una construcción de piedras, llevan el peso de años de intolerancia humana.

Acechada por años de disturbios, luchas políticas y episodios humanos tristes, la capital de Irlanda del Norte se levanta de sus cenizas desde hace ya algunos años y nos muestra una cara digna de visitar, con gente muy atenta y amable, y que a su vez nos deja una enseñanza de valores humanos e históricos que le dan al turista una hermosa experiencia, a su vez que aprende algo importante para el resto de su vida.