Nunca se nos ocurriría cantar una famosa aria de ópera, o tocar una pieza de Chopin o incluso Mozart siguiendo (o mejor dicho persiguiendo) el metrónomo del principio al final.
Voy a poner un ejemplo de una pieza para piano: La Arabesque n. 1 de Debussy, en 4/4.
http://www.youtube.com/watch?v=Yh36PaE-Pf0
Los cinco primeros compases. El pulso se funde con la expresión inevitablemente, la primera nota de cada uno de estos compases en teoría es fuerte pero cada una lleva un peso,una energía e incluso un lugar en el espacio sonoro diferentes, y los 5 compases en su conjunto son una preparación para cuando en el compás sexto empieza el tema principal. El 5°compás es además un claro ejemplo de que el pulso es flexible al producirse un rallentando que nos hace entender aún mejor el fin de la introducción y la llegada del tema.
Para explicar todo esto he necesitado no sé cuántas palabras, con el método Dalcroze el mensaje adquiere aún más fuerza pues se ilustra con el movimiento, a veces con ayuda de algún objeto, un foulard, pelota, sillas e incluso abanicos....difícil explicarlo, más fácil vivirlo.
Este ejemplo lo podemos aplicar en todo tipo de repertorio, y aunque hablaré siempre refiriéndome a la música clásica que es mi campo, no es difícil intuir que también es aplicable a la música moderna, pero prefiero dejar este paralelismo para otro capítulo que da más juego, visto que en la música moderna se siguen patrones de ritmo muy estrictos, con excepciones claro está como puede ser Bohemian Rapsody de Queen,etc. Yo que fui en busca de un método para enseñar el lenguaje musical, resulta que encontré además una herramienta ilusionante para aplicar en la interpretación musical a todos los niveles.
http://www.mariadelmarcabezuelo.com/