La Cartagena de Indias del siglo XVIII superó una vez el ataque marítimo más grande de su tiempo. Sólo el desembarco de Normandía, en la II Guerra Mundial, reuniría a tantos buques y a tantos hombres con el fin de tomar un territorio. Fue en 1741, cuando Inglaterra mandó 186 naves y más de 27.000 hombres para conquistar la ciudad amurallada de Cartagena de Indias. A las órdenes de Blas de Lezo, sólo 3000 hombres y una flotilla de 6 naves superaron el ataque, con una heróica defensa que no habría triunfado si Cartagena de Indias no hubiese sido la fortaleza inexpugnable que era.
Y es que aún ahora, cuando el visitante asoma a la inmensidad del Caribe desde el centro histórico de la ciudad, da la sensación de que algo vendrá desde el mar, ya sean piratas, ingleses combativos o el oro procedente del Potosí. Porque hubo un tiempo que Cartagena de Indias era la joya del Caribe continental español, aquella ciudad que significaba tanto la puerta al Continente como la fortaleza que garantizaba la seguridad de las ciudades caribeñas. Y ello aún puede percibirse cuando se pasea por las calles de la Ciudad Amurallada, el centro histórico de lo que hoy es Cartagena de Indias, una de las ciudades con más historia de toda América.
Cartagena de Indias es una de las ciudades más importantes de Colombia, situada en el departamento de Bolívar. Su centro histórico, la "Ciudad Amurallada" fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. La magia de esta ciudad caribeña reposa tanto en su riqueza arquitectónica y en sus portentosas murallas, como en la calidez de su gente y en sus multitudinarias expresiones culturales. Es una ciudad que desborda el romanticismo de novelas de aventuras y de piratas, y donde cada calle, plaza o esquina cuenta una anécdota fascinante. De día, Cartagena luce vibrante y brillante ante el potente sol caribeño, que baña sus playas como casi en ningún lugar colombiano; y de noche, Cartagena es una ciudad cálida y viva, casi irradiante de luz propia.
Los monumentos de la ciudad aún siguen relatando historias como el asedio del más famoso corsario, Sir Francis Drake, o el sitio fallido de Inglaterra y la más potente flota que en su historia jamás reunió. Por toda la "Ciudad Amurallada" se levantan, solemnes, antiguos claustros, iglesias, baluartes y fortines que son vestigios de cruentas batallas y de heroicos personajes que un día defendieron la ciudad. Entre estos monumentos de la "Ciudad Amurallada", podemos destacar el Palacio de la Inquisición, sede del museo histórico y arqueológico; iglesias como la Catedral, la de Santo Domingo o la del San Pedro Claver; la antigua casona Bodegón de la Candelaria, en el que hoy funciona un restaurante; y la Casa del Marqués de Valdehoyos. Asimismo, entre sus plazas, podemos destacar la de la Aduana, frente a la cual funciona hoy la Alcaldía de la ciudad; la de los Coches, allí donde otrora funcionase el mercado de esclavos; y la de las Bóvedas.
Pero la magia de Cartagena de Indias no reside tanto en sus monumentos sino como en sus calles y sus rincones, donde siempre se esconde un vestigio de la más emocionante historia americana; y en sus atractivas playas, aquellas que un día significaron lugares de desembarco para piratas y para flotas inimaginables y que hoy no son otra cosa que un lugar de tranquilidad y de disfrute como no hay en todo el país colombiano. Cartagena de Indias aúna el ser tanto un moderno destino turístico como aquella ciudad que posee uno de los mejores y más conservados monumentos históricos de América Latina.