Conociendo la Historia – Caricaturas en guerra

Publicado el 29 octubre 2014 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

Conociendo la Historia…por César del Campo de Acuña.

Caricaturas en guerra

La caricatura como tal existe desde el siglo XVI, pero si nos centramos en el humor gráfico destinado a informar, denunciar o difundir ideales tenemos que movernos al menos un siglo más para encontrarnos de lleno con ella. Ya en el siglo XIX, durante la guerra civil norteamericana el retrato satírico de la actualidad estaba ya más que difundido y asentado como una costumbre en los diarios y revistas.

Cuando estallo la guerra civil no había grandes motivos para reír. Ciertamente ninguno, ya que entre los abolicionistas, los negros, los destructores de la unidad estatal y demás ralea que precipito la llegada del conflicto, se imponía una seriedad de carácter mortal en cuanto a lo que sus ideales se refería. De esa forma lo sintió el soldado que marcho y nunca volvió, aquellos que fueron en busca de gloria o muerte. La guerra era seria y en palabras del General William Tecumseh Sherman, era el propio Infierno.

William Tecumseh Sherman (en el centro) y sus colaboradores.

Pero poco a poco, a pesar del dramático tiempo que azoto a la nación de las barras y estrellas (en cualquiera de los dos bandos), fueron apareciendo en los semanarios caricaturas del devenir de la guerra, de los políticos con el fin de hacer propaganda de su bando y/o el ánimo de hacer desaparecer de algún modo la tensión y el malestar que acarrea la guerra. Pero a pesar de ello, no había nada cortes y caballeroso en estos grabados y viñetas, ya que en ella los autores se ensañaban de manera brutal con los temas que caían en su picota personal.

Los temas fundamentales en los que versaban estas piezas de crítica mordaz eran la recurrente política de la época y sobre todo la propaganda. Un ejemplo de esta última es por ejemplo la aparecida en el semanario Harper’s el 8 de junio de 1861, en el que la dama libertad estrangula a un sudista de Columbia tratándole de hacer despertar de su sueño secesionistas para levantarse y unir a la unión y así honrar la memoria de todos aquellos hombres con George Washington a la cabeza pelearon una vez por la libertad de todos los americanos.

Pero lamentablemente la caricatura, el grabado, funcionaron como reclamo publicitario en las publicaciones sureñas, como el Milton Chronicle del 12 de abril de 1861, donde se podían encontrar anuncios de venta de esclavos negros. Estos anuncios eran parte del día a día de los semanales sudistas.

A medida que el conflicto avanzaba la crudeza de las ilustraciones crecía y en el periódico ilustrado Frank Leslie’s (Leslie’s) se represento a los sudistas como auténticos bárbaros desalmados.  En una ilustración del 17 de mayo de 1862, se mostraba a una mujer de la clase alta sudista junto a su hija en el salón. El salón estaba decorado con las osamentas de los soldados caídos de la Unión, mientras que su hija jugaba distraída con los cráneos de algún “Yankee”

Pero no solo caricaturas aparecían en los semanales ilustrados. El 4 de julio de 1863 la revista Harper’s Weekly, publicaba un grabado que permitía observar la brutalidad de la esclavitud. En dicha imagen, un esclavo de nombre Gordon, desprovisto de su camiseta mostraba las cicatrices de las diferentes laceraciones sufridas en el pasado. No solo la sorna y la ironía tenían cabida en la ilustración, la seriedad del porque de la guerra era palpable en muchas imágenes que mostraban de una manera brutal para la época, la desgarradora verdad de lo que en la gran mayoría de los casos el Sur era, lo cual nos vuelve a llevar a la propaganda política, ya que con grabados como este, se esgrimía sin palabras la monstruosidad y maldad de un voraz enemigo anclado en un terrorífico pasado, lejos de los ideales de la joven nación.

Pero evidentemente, no solo el norte hizo uso de esta arma propagandística. El Sur, tal vez carente de los medios de los que disponía el norte, hizo lo que pudo en su campaña de la destrucción de la figura de su adversario. De esta forma, y por ejemplo, en el Souther Illustrated News del 8 de noviembre de 1862, se muestra a un gallardo Abraham Lincoln, erguido tras enfrentarse con uno de sus discursos a la proclama de emancipación del sur. En dicha viñeta, el presidente aparece quitándose una máscara que es la cara que da a la nación, para revelar su autentico y terrorífico rostro: el de Satanás.

Este cañoneo ilustrativo duro toda la guerra entre las diferentes publicaciones. Hemos de recordar que las fotografías del conflicto solo aparecían en revistas y exposiciones, pero nunca en los periódicos, ya que estos no poseían aun la tecnología como para insertar en su medio, imágenes de este tipo. Pero si grabados.

La respuesta del Norte, a las caricaturas del Sur, no tardo en llegar. Y cuando la guerra comenzó a decantarse de una manera más clara, hacia el fuero Yankee, las caricaturas no tardaron en aparecer. Volviendo una vez más al Leslies Illustrated New´s Paper, encontramos una de esas caricaturas que reflejaban el hecho de la inminente victoria (al menos así lo querían hacer creer) del Norte. En dicha caricatura, aparecida en el diario el 23 de mayo de 1863, se hacia una comparación de pasado y presente. En el pasado un grupo de orgullosas mujeres sureñas empujaban a sus hombres a rebelarse contra el norte.

Como si de la reina Gorgo espoleando al rey Leónidas se trataran, las mujeres sureñas enviaban a sus hombres a su propio paso de las Termopilas. Bien dejando a un lado la Grecia clásica, retomemos el presente dibujado en aquella viñeta del 23 de mayo de 1863. En el presente, aquellas opulentas y poderosas mujeres del sur, se mostraban como una débil efigie de su reciente pasado. Una turba de cadavéricas féminas se agolpaba en una improvisada revuelta frente a una panadería para poder llevarse algo a la boca.

Esta ilustración es realmente significativa, ya que intenta reflejar como los recursos del sur comenzaban a debilitarse poco a poco, tratando de hacer ver que la carestía que el enemigo sufría le haría enarbolar la bandera blanca en poco tiempo. Evidentemente no fue así, ya que la guerra duro al menos dos años más.

En esos dos años, el Leslie´s Illustrated Newspaper, demostró estar a la cabeza en cuanto a este tipo de periodismo. En cada número parecían intentar superar la mordacidad de sus ilustraciones y sumando a estas viñetas los excelentes grabados, que hicieron las veces de fotografías ilustradas, como la aparecida el 22 de abril de 1865, en la que se mostraba el anhelado fin de la guerra. En dicho grabado aparecían una ingente cantidad de personas celebrando por todas las calles de Nueva York, la rendición definitiva del sur.

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