Conociendo la Historia – El periodismo escrito en el bando de la Unión

Publicado el 21 enero 2015 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

Conociendo la Historia…por César del Campo de Acuña

El periodismo escrito en el bando de la Unión

La guerra civil norteamericana  se libro de manera diferente en las redacciones de los periódicos a como lo hacia en los campos de batalla. Esta guerra de alto contenido ideológico supuso el reto que la prensa establecida del norte necesitaba.  Mas allá de la propaganda bélica que se hizo tanto en el sur como en el norte, la guerra en las redacciones Yankees fue tratado como un desafió. El desafió supuso el intento de cubrir absolutamente todos los prolegómenos militares que acontecieran durante la guerra.

Los diarios del norte invirtieron mucho en corresponsales, fotógrafos, telégrafos, dibujantes y medios de transporte, para recibir toda la información posible. Pero claro esta, tanta información llevo a publicar titulares sensacionalistas carentes de la veracidad informativa, que en teoría exigían los grandes periódicos del norte. Curiosamente estos diarios que a pesar de su apoyo al norte, mantenían su independencia y atacaban con saña y virulencia a sus mandos, como al presidente Lincoln, al que el Herald le llego a acusar de blando con los estados del sur.

Los periódicos del norte tuvieron un total de 350 corresponsales de guerra diseminados por el mapa de Estados Unidos. Allí donde había una batalla, estaba algún periodista/corresponsal del Herlad, del Tribiune o del Times (famoso periódico que, cuando comenzó la guerra apenas contaba con  9 años de antigüedad, ya que había sido fundado en 1851).

Hay que destacar que la prensa en el norte tuvo mas suerte que el sur en cuanto al nivel tecnológico se refiere. Como ya he comentado someramente, las rotativas de El Herald podían llegar a sacar a las calles 100.000 números en una tirada, mientras que en el sur, periódicos como el Charleston Mercury se vanagloriaba de poder llegar a las 4.000. La demanda en ambos bandos estaba asegurada, pero en el norte, esa demanda daba como resultado beneficios, cosa que en el sur no sucedía. Los canales de distribución de la prensa en el norte, estaban mucho mas despejados que en el sur. Con esto me refiero a que las comunicaciones por medio de ferrocarril y a los envíos de noticias mediante el telégrafo, eran mucho más seguros, ya que la guerra en contadas ocasiones salpico directamente al norte en sus ciudades. El echo que el norte sufriera menos las penurias de los tiempos de escasez relativos a la guerra, ayudo a que sus publicaciones no desaparecieran.

Durante esta época y como ya hemos comentado antes, el famosísimo New York Times, vivió su primera gran historia, junto a otros periódicos de la ciudad. Fue la época de los grandes diarios neoyorquinos.  Curiosamente la mayor parte de los diarios de la ciudad, hasta que el Times dio un golpe de autoridad en la mesa, eran de opinión moderada ante la guerra. Con esto quiero decir, que la mayor parte de ellos, como el propio Herald o El Tribune estaban a favor de la secesión. El Herald por aquel entonces era el diario más importante de Estados Unidos. Sin embargo el que se le podría considerar como el recién llegado, El Times, mantuvo a su periódico siempre favorable a la administración Lincoln. Durante cuatro años de guerra, desde el Times se mantuvo fiel a los interés del norte, publicando algunos de los argumentos anti-secesionistas mas acertados de la época. Argumentos alejados completamente de los exaltados discursos de otros periódicos hacia mitad del conflicto. En tan solo cuatro año, el Times dobló la tirada del Tribune.

Pero a pesar de tener una red de información mejor provista, como ya hemos dicho en otras ocasiones, los periódicos del norte no estuvieron exentos de patinazos históricos que pusieron su credibilidad por los suelos. Tomemos por ejemplo la noticia que uno de los diarios más leídos en el norte durante la guerra, el Philadelphia Inquirer publicó. El Inquirer llego a asegurar, que fuentes oficiales le habían asegurado que el General Robert E.Lee (máximo responsable de los ejércitos de la confederación) había sido herido gravemente en la batalla de Spotsylvania. Este dato es totalmente falso, ya que el estratega sureño, jamás fue herido durante la guerra.Este tipo de irregularidades fruto de unas comunicaciones insuficientes, aunque buenas, estaban a la orden del día, e incluso se daban en mayor número en las publicaciones del norte, que en los modestos diarios del sur.

Los mayores enemigos de la prensa nordista fue la propia competencia por vender mas que se desato, ya no solo entre los periódicos publicados en una misma ciudad, sino que se entro en conflicto con los diarios que aparecían en otros estados. El ya cintado Inquirer de la ciudad de Philadelphia, guiado por Harding y su grupo de bohemios, no perseguían solo superar a la prensa estatal, sino convertirse en el referente informativo de su ciudad y de su estado por encima de los tres grandes periódicos de Nueva York.

Los diarios en el norte solían estar compuesto por 8 páginas. Estas páginas solían estar llenas de una gran cantidad de texto y grabados de la época, junto a mapas de lo ocurrido durante las batallas. El rey de los contenidos gráficos, claro esta sin contar las revistas gráficas como el semanario Harper´s o el periódico ilustrado de Frank Leslie, fue el Herald.

La propaganda que inundaba estos diarios versaba fundamentalmente en la ideología nordista fundamentada  en la unidad nacional, en la Unión y sobre todo en la cuestión de la esclavitud. Tema que a medida que la guerra iba sucediendo comenzó a ocupar más y más portadas y renglones en las informaciones.

Las mayores limitaciones que sufrieron los periódicos del norte, llegaron de las altas esferas militares, por motivos bélicos. El ejercito tomo esta drástica medida para que ninguna información pudiera ser aprovechada por el enemigo. Otra de las novedosas prohibiciones del ejército fue la que decreto la imposibilidad de enviar cualquier tipo de información a los territorios no controlados por el norte, aunque durante los primeros meses de conflicto el intercambio de correspondencia, personal y de prensa entre ambos bandos era relativamente sencillo de realizar.

Hubo consejos de censura previa en el seno del ejercito del Potomac, que no tuvieron excesivo éxito, ya que como muchos reporteros allí presentes, según que informaciones podían resultar perniciosas para los interese del norte y favorables a los del sur. La última nota del férreo control que el ejercito ejercía sobre las publicaciones del norte, fue cuando algunos periódicos contrarios a la guerra o anti abolicionistas fueron clausurados por los militares.

Verdaderamente la prensa en el norte tenía el único fin de informar de la manera más fidedigna posible, pero con el objetivo concreto de superar a sus adversarios periodísticos en nivel de tirada. Al igual que en el sur, la prensa en el norte alentaba a sus soldados, recriminaba a sus políticos e intentaba formar a los jóvenes (aunque de menor manera que en el rural sur) pero siempre de una manera secundaria.

La prensa en el norte, siempre buscaba el titular más sangriento, más llamativo, mas duro, para aumentar su volumen de ventas. En algunos casos incluso iban en contra de los preceptos de la propaganda bélica en los medios. Algunos diarios como el Inquirer sacaron portadas ensalzando victorias de sus soldados, pero destacando que ambos bandos habían sufrido una terrible carnicería o las sangrientas batallas de Maryland. Sangre en los titulares. El énfasis en los titulares para resaltar el buen hacer del norte estaba a la orden del día y así en el New York World del 8 de junio de 1863 se destacaba la rendición de Vicksburg como una nueva victoria mas que solo servia para el regocijo de los Unionistas o esos otros titulares que convertían a sus enemigos en la peor calaña imaginable, acusándoles de traer la guerra hasta sus fronteras estatales, caso que ocurrió en el Philadelphia Inquirer del 19 de junio de 1863. Propaganda bélica y sangre para vender más que la competencia, de esa manera funcionaban los periódicos en el norte, los padres de la prensa amarilla y de los titulares irresponsables. A pesar de todo la prensa en el norte, no confundió tanto a su población como lo pudo hacer el sur, ya que a pesar de sus ocasionales disparatados titulares, sus informaciones estaban mas argumentadas y respaldadas por los hechos que las del sur. La prensa del norte, ayudo a la población a estar absolutamente informada de todo, gracias a la ingente cantidad de periódicos y semanarios que eran editados sin problema alguno en las grandes ciudades y distribuidos de manera eficaz gracias a un sistema de transporte más seguro y menos precario que el del sur.

La guerra marco el rumbo a seguir por la nueva generación de periódicos que nacieron durante ella o después de ella e introdujo revoluciones tecnológicas en el mundo del periodismo, que fueron probadas casi en exclusividad por el bando del norte. Como las nuevas rotativas capaces de sacar tiradas cada vez mayores, o la nueva forma de economización del lenguaje debido al uso del telégrafo, lo cual sirvió para que el Lead viera la luz. La prensa del Norte, fue la gran vencedora de una guerra que ya tenía vencedor desde un principio, un conflicto ideológico del que los periódicos y semanarios del norte sacaron aparte de una renovación del periodismo un notable beneficio económico.

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